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5 invitados al Día del Holocausto

5 invitados al Día del Holocausto

Sivan Rahav Meir

Hoy Israel conmemora el Día de Recuerdo del Holocausto. Después de la aniquilación de un tercio de nuestro pueblo, en sólo tres años, el pueblo judío resurgió de las cenizas de los campos de concentración y alcanzó alturas históricas. Esto se llama renacimiento y debería ser el centro de nuestra atención ahora. El aprender y enseñar cómo volvemos a surgir de las cenizas de Beeri y de las ruinas de Nahal Oz (los asentamientos afectados por el ataque terrorista en Simjat Torá), cómo sanar los corazones de los heridos y dolientes, cómo escribir juntos un capítulo nuevo e inspirador en nuestra historia.

Así que, en el Día del Holocausto quisiera mencionar a quienes inspiran esperanza. Elie Wiesel, por ejemplo, el sobreviviente del Holocausto que ganó el Premio Nobel, hombre que educó a millones y se convirtió en un símbolo, escribió: “Porque recuerdo me desespero, pero porque recuerdo, mi deber es rechazar la desesperación”.

También pediría que escucháramos a Viktor Frankel. Sobreviviente de Auschwitz, psiquiatra, que no formuló su teoría en un despacho cómodo y cerrado, sino que la vivió de primera mano: la pregunta no es qué nos hicieron, sino qué hacemos nosotros como respuesta. ¿Cuál es el significado que se le da a los hechos? Incluso frente a un mal inimaginable, cada persona tiene la opción de elegir cómo actuar. Puede y debe elegir la vida, elegir el hacer, elegir el bien.

El rabino Prof. Jonatan Sacks también es actual hoy, más que nunca. Además de escribir sobre las cosas hermosas de nuestros tiempos, escribió sobre el Holocausto: “no es prohibido establecer nuestra identidad sólo en un enemigo externo.” Él nos pidió que recordáramos: “no nos establecemos en el Holocausto, sino que nos erigimos en la grandeza. Nos edificamos sobre nuestro mensaje para toda la humanidad. El mundo no quiere nuestra miseria, nuestro dolor, el mundo está esperando escuchar la voz judía singular.” Es decir, no sólo debemos conmocionar a las naciones con los horrores del Holocausto o los horrores de Simjat Torá, sino presentar una respuesta de luz, de vida y justicia. Si el mal absoluto nos marca en cada generación como siendo su enemigo, en nuestras manos está el fortalecer nuestra conexión con el bien.

Tenemos muchos maestros más. El Rebbe de Lubavitch, que reconstruyó todo el mundo judío después del Holocausto, nos enseñó: si Hitler (o Sinwar, en nuestra generación) quiso llegar hasta el judío más lejano, sin distinción entre los diferentes judíos, en el apogeo del odio, para destruirlo – nosotros debemos llegar hasta el judío más alejado del judaísmo, con gran sentimiento de hermandad, para recuperarlo. Este es el mensaje contundente del movimiento Jabad desde el Holocausto: todos los que ellos quisieron poner en filas y quemar en los crematorios, nosotros los buscaremos hasta el final de Katmandú o Alaska, para encender en ellos un fuego de vida, una vela de Shabat.

Hamás también quería quemarnos a todos. ¿Será que hemos aprendido la lección?

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