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¿Negociar con Hamas o conquistar Rafiaj?

¿Negociar con Hamas o conquistar Rafiaj?

Rab Yosef Bitton

Los secuestros y la toma de cautivos no es una historia nueva. Era una práctica muy común en la antigüedad, tanto es así que la prohibición contra el tráfico humano fue legislada nada menos que en los Diez Mandamientos. ¡Sí! Así como lo escuchan. El octavo mandamiento “No robarás”, no significa no robar el patrimonio del prójimo sino no “robar personas”, “no secuestrar”, lo cual, dicho sea de paso, la Torá condena con la pena de muerte.

La Mitzvá de rescatar prisioneros y sus excepciones

El Talmud también destaca los esfuerzos que hay que hacer para rescatar a una persona cautiva. De acuerdo con la ley judía (Maimónides, Hiljot Matanot Aniyim, 8), es un precepto muy importante rescatar cautivos -por lo general se trataba  de prisioneros  de guerra o refugiados-  (Pidyón Shevuyim), y lo considera la forma más elevada de hacer Tzedaká. La Guemará explica que si una comunidad judía está juntando dinero para una sinagoga, por ejemplo, y luego se enteran que hay un Yehudí secuestrado, la comunidad debe usar esos recursos para liberar al cautivo. Es más, aunque ya se haya invertido el dinero en comprar los materiales de construcción, estos deberían ser devueltos o revendidos para usar ese dinero a fin de rescatar al cautivo. La historia de los esfuerzos que los judíos hemos hecho para rescatar cautivos es apasionante y larguísima. Pero voy a dejar esos detalles para el futuro y me voy a referir hora a una salvedad que la ley de Pidyón Shevuyim registra.

“No hay que pagar de más por el rescate de un cautivo”. No se debe pagar más que “el precio del mercado”. Esto es muy difícil de entender en nuestra época porque vivimos en tiempos históricos privilegiados; pero en el pasado, el tráfico humano era común, y había mercados de esclavos en los cuales los precios por las personas se estandarizaban. ¿Y por qué la ley desaconseja pagar un precio excesivo por un cautivo judío? Porque si una comunidad está dispuesta a pagar ese precio, ¡se estaría estimulando a los traficantes a seguir secuestrando judíos!

Los secuestrados del 7 de octubre

Ahora que entendemos esto, veamos el dilema que se está viviendo en el Estado de Israel en estos días. La tragedia del 7 de octubre de 2023 dejó un horrible saldo de más de 1300 israelíes masacrados y cerca de 300 secuestrados. En noviembre, el gobierno de Israel pudo liberar a más de 100 secuestrados interrumpiendo la guerra contra Hamas por 40 días y liberando a prisioneros palestinos de baja peligrosidad. En este momento quedan unos 135 secuestrados. Aunque este número es en realidad el de las personas desaparecidas desde el 7 de octubre, que no se ha podido verificar si están secuestradas vivas o muertas. Las negociaciones con Hamas nunca incluyeron una lista de sobrevivientes y ni la Cruz Roja ni las Naciones Unidas han exigido a Hamas esta información, e inexplicablemente, Israel no ha exigido esa información como condición para entregarle ayuda humanitaria a Gaza.

Volviendo a las negociaciones, las dos condiciones de Hamas para liberar a los secuestrados judíos son:

1. Que Israel deje libres a cientos de terroristas palestinos, muchos de los cuales han participado en ataques y han matado a israelíes en el pasado.

2. El cese total de la guerra y la retirada permanente de Israel de Gaza.

Analicemos estas dos condiciones una por una y veamos si el precio que se le demanda a Israel está dentro de lo que es un razonable o excesivo en cuanto a sus consecuencias.

Con terroristas no se negocia

La mejor ilustración para comprender las consecuencias potenciales de negociar con terroristas es recordar lo ocurrido con Gilad Shalit, un joven soldado israelí que fue secuestrado por Hamas y estuvo en cautiverio durante 5 años: entre junio de 2006 y octubre de 2011. Más de 1000 terroristas fueron liberados por este soldado. Pero una vez libres, el 50% de estos terroristas han regresado al terrorismo y han matado a muchos israelíes. El más notorio de estos terroristas liberados por Gilad Shalit es Yahia Sinwar, el jefe de Hamas, y el que organizó la matanza del 7 de octubre. En otras palabras, por lo menos 1300 judíos han sido asesinados directa o indirectamente por los terroristas que fueron liberados en esa terrible negociación.

El 17 de octubre de 2011, de una manera profética, el profesor de la Universidad de Purdue, Louis Rene Beres, argumentó en contra de la liberación de Shalit. En una columna de opinión en el Jerusalem Post escribió lo siguiente:

“Ningún gobierno moderno tiene el derecho legal de liberar terroristas a cambio de sus propios ciudadanos secuestrados, militares o civiles. Según el derecho internacional vigente, cada estado tiene la obligación primaria de proteger a sus ciudadanos. Sin embargo, parece que mañana, el Primer Ministro de Israel, Binyamin Netanyahu, intercambiará terroristas palestinos por el soldado secuestrado de las FDI, Gilad Shalit. Cualquier intercambio, por humano que sea para Shalit y su familia, pondría en peligro a miles de otros israelíes”.

¿Puede Israel repetir una vez los errores del pasado? Hamas ya ha dicho reiteradas veces que ni bien pueda repetirá la matanza del 7 de octubre. ¿Cuántos israelíes más morirán si Israel libera a los peligrosos terroristas de Hamas?

Suspender el ataque a Rafiaj

La otra condición que pone Hamas es que Israel termine la guerra y se retire de Gaza. Esto, por supuesto, significaría la derrota total de Israel, la inútil muerte de los más de 200 dolidos israelíes ya muertos en este conflicto -sin contar los miles de heridos-, y pondría en peligro a Israel frente a sus voraces enemigos, ya que en Oriente Medio la debilidad atrae ataques terroristas. Increíblemente, el mundo se está posicionando del lado de Hamas y no del lado de Israel en un momento muy delicado: cuando Israel está por entrar a la ciudad de Rafiaj, en el sur de la franja de Gaza.

¿Por qué Rafiaj es tan importante?

Para quien no conozca la geografía de Gaza, puede ser un poco difícil comprender lo que Rafiaj significa en este conflicto. Voy a tratar de explicarlo lo más brevemente posible. En primer lugar, un cuarto de los terroristas de Hamas siguen vivos en Rafiaj, incluyendo a muchos de los que participaron activamente en la masacre del 7 de octubre. Pero más allá de eso, Rafiaj tiene una importancia geopolítica fundamental.

La Franja de Gaza limita al oeste con el mar Mediterráneo, al norte y al este con territorio israelí y al sur, con Egipto. La frontera con Egipto supuestamente está cerrada, pero en realidad, hay decenas -o centenares- de túneles que unen Gaza y Egipto y por esos túneles ha habido un constante tráfico de armas, recursos financieros y combatientes. Si Israel, en teoría, no conquista Rafiaj, no podría declarar victoria sobre Hamas. Si deja esta frontera abierta, Hamas seguirá dominando Gaza, obteniendo recursos, dinero, armas, combatientes, etc., en fin, estaría permitiendo que Hamas sobreviva y eventualmente siga atacando a Israel.

En el pasado, Israel atacó Gaza para defenderse de los ataques de Hamas y traer seguridad a los ciudadanos de Israel, pero nunca llegó hasta el final, y las consecuencias fueron devastadoras. Pero esta vez, luego del mayor ataque a judíos desde la Shoah, creo que tiene que ser diferente. Esta vez, las fuerzas de Israel ingresaron a Gaza y han destruido ya cientos de túneles de guerra y están a un paso de terminar con la organización terrorista y establecerse militarmente en Gaza para evitar futuros ataques.

Estados Unidos y lo que el viento se llevó

Para comprender la importancia estratégica que supone para Israel conquistar Rafiaj, todo lo que se debe hacer es prestar atención a la presión internacional devastadora y sin precedentes que sufre Israel en este momento, desde todos los países del mundo, y lamentablemente, con EE.UU. a la cabeza. Todas las demostraciones antisemitas en las universidades de EE.UU., aunque se disfracen de otras causas, tienen como objetivo presionar a EE.UU. para que presione a Israel de no atacar Rafiaj. En el momento que escribo este artículo, Antony Blinken está en Israel tratando de convencer a Netanyahu de que haga más concesiones para llegar a un arreglo con Hamas. Seguramente EE.UU. le ofrecerá garantías de que, si cede a las demandas de Hamas, EE.UU. defenderá a Israel. No quisiera estar en los zapatos del primer ministro de Israel y rezo para que no ceda. ¿Por qué? Porque los que olvidan la historia están condenados a repetirla.

Me explico. Israel cometió tres errores gravísimos en los últimos 30 años: en primer lugar, los Acuerdos de Oslo que sólo trajeron más intifadas y muerte. Segundo, y como recién lo expliqué, liberar terroristas con sangre en la mano para devolver a Shalit. Pero creo que el peor error, el que más sangre nos ha costado, fue cuando Ariel Sharon retiró al ejército de Israel de Gaza. Según el periodista israelí Amit Segal, una de las cosas que convencieron a Sharon fue que el presidente Bush le dijo a Sharon algo así: “No te preocupes, que si algo sale mal, los EE.UU. te van a cubrir las espaldas. No vamos a permitir que los palestinos ataquen a Israel”. ¿De qué sirvieron esas promesas de nuestro principal aliado?

De absolutamente nada. Podemos repetir el error y especialmente con esta administración que se ha demostrado tan débil tratando con terroristas y está aquí capitulando al terror.

La Torá y el rescate de prisioneros judíos

Este martes por la mañana, último día de Pésaj, hablé en mi sinagoga sobre el tema del rescate de prisioneros en la Torá, particularmente en el libro de Génesis, Bersehit.

Cuando Lot fue rescatado de Sodoma, Abraham reunió un ejército de más de 300 personas, persiguió y derrotó  a los que habían capturado a Lot y lo liberó a él y a todos los prisioneros de Sodoma. No hubo negociaciones, sólo una operación militar (Génesis 14:14-16).

Cuando Dina, la hija de Jacob, fue violada y luego secuestrada, los hijos de Jacob, Shimón y Leví, fingieron negociaciones para sorprender a los habitantes de Shejem. Sorpresivamente atacaron la ciudad, mataron a todos los hombres que se resistieron, rescataron por la fuerza a Dina e incendiaron la ciudad (Génesis 34). No hubo negociaciones con los secuestradores, no tuvieron piedad de los terroristas ni de los ciudadanos de Sodoma, ni consideraron la desproporcionalidad de su violenta respuesta. Y, de hecho, ésta desproporcionada reacción, creó un terror psicológico que se apoderó de los pueblos vecinos y los disuadió de intentar agresiones contra los hijos de Israel.

NUNCA SE DEBE NEGOCIAR CON TERRORISTAS Y LA RESPUESTA MILITAR DEBE SER DELIBERADAMENTE NO PROPORCIONAL PARA QUE EL ENEMIGO ENTIENDA QUE NO LE CONVIENE METERSE CON ISAREL.

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