Una niña de dos años murió en el Hospital Hadassah Ein Kerem por complicaciones relacionadas con el sarampión, confirmaron el domingo funcionarios de salud israelíes, lo que marca el octavo niño menor de dos años y medio que muere en el brote de rápida propagación del país.
La pequeña había estado hospitalizada en la unidad de cuidados intensivos pediátricos durante diez días en estado crítico y conectada a una máquina de oxigenación por membrana extracorpórea (ECMO), según informó el hospital en un comunicado. Su muerte pone de relieve el creciente temor entre las autoridades sanitarias de que el brote de sarampión, que comenzó en abril, esté descontrolándose.
Hasta la fecha, se han registrado más de 1880 casos confirmados, aunque las autoridades creen que la cifra real es significativamente mayor. «Sabemos que la enfermedad está siendo infradiagnosticada y que hay varios miles de pacientes adicionales», declaró la Dra. Sharon Alroy-Preis, epidemióloga jefe de Israel.
Las autoridades sanitarias afirman que la gran mayoría de los infectados —aproximadamente el 90% de las 562 personas hospitalizadas— son niños, la mayoría de ellos sin vacunar. El brote actual se concentra en Jerusalén y varias comunidades jaredíes, donde las tasas de vacunación han disminuido a pesar de los reiterados llamamientos del gobierno.
“Tenemos claro que la morbilidad continúa y continuará”, afirmó Alroy-Preis. “Esperamos no ver un aumento adicional en el alcance, pero debemos recordar que aún hay miles de niños sin vacunar en Jerusalén y otras localidades”.
El Ministerio de Salud ha lanzado una nueva campaña de vacunación en las zonas afectadas, instando a los padres a llevar a sus hijos a las vacunas de rutina que se habían retrasado durante la pandemia de COVID-19.
El brote en Israel refleja un resurgimiento más amplio del sarampión en partes de Europa y Oriente Medio, impulsado por la disminución de las tasas de vacunación, la desinformación y la resistencia social en ciertas comunidades religiosas y culturales. La Organización Mundial de la Salud advirtió a principios de este año que los casos de sarampión a nivel mundial aumentaron más del 70 % en comparación con los niveles prepandémicos.
Para Israel, el brote representa un desafío tanto médico como político. El sistema de salud universal del país cuenta con una sólida infraestructura de vacunación, pero la falta de confianza local, sobre todo en las comunidades insulares, ha generado focos de vulnerabilidad.
El gobierno está ahora bajo presión para ampliar los esfuerzos de divulgación, incluidas las asociaciones con líderes comunitarios, para contrarrestar el escepticismo y la desinformación sobre la vacuna MMR (sarampión, paperas y rubéola).
Si bien las autoridades aún no han declarado una emergencia nacional, los expertos en salud pública dicen que, sin un aumento brusco en la cobertura de vacunación, Israel podría ver cientos de hospitalizaciones más en los próximos meses.
















