Sivan Rahav Meir
Es Shabat, es Janucá y también es Rosh Jodesh. Así que, ante todo, este Shabat, antes de la puesta del sol, encenderemos primero las velas de Janucá (seis velas) y luego las velas de Shabat. Y no es sólo “Shabat de Janucá”: además, el sábado y domingo estaremos conmemorando Rosh Jodesh Tevet -el principio del mes de Tevet-.
Toda esta luz trae consigo muchas leyes, costumbres y agregados: el Halel (salmos de agradecimiento) después de la oración de Shajarit, la adición de “Al Hanisim” (por Janucá) y de “Yaalé veYavó” (por Rosh Jodesh) en la oración y en la bendición después de las comidas, una lectura especial de la Torá, y más.
Por supuesto, también está la Parashá la cual está semana es Parashat Miketz, la décima parashá del libro de Bereshit, el libro de Génesis. Luego de dos años de prisión, Yosef sale de la cárcel, interpreta los sueños del faraón y se convierte en un alto gobernante en Egipto.
Más adelante en la Parashá, los hermanos de Yosef llegan a Egipto debido al hambre que hay en la tierra de Israel y se encuentran con Yosef, pero no lo reconocen. Yosef comienza a tejer un plan para reunificar nuevamente a la familia. No como venganza: piensa cómo ponerlos a prueba en términos de responsabilidad mutua y hermandad, para ver que han cambiado y llevarlos a la reconciliación. En el punto culminante de la Parashá, los hermanos se arrepienten de lo que le hicieron y comienzan un proceso de reparación y arrepentimiento.
Concluimos con tres deseos que se conectan en este momento: ¡Shabat Shalom, Jodesh Tov y Janucá Saméaj!
