Foto. Policías patrullando en la ciudad belga de Amberes. Foto: Reuters / Nicolas Maeterlink
Tras enfrentarse a una fuerte oposición de funcionarios públicos y de la comunidad judía local por los planes de retirar la seguridad federal en el distrito judío de Amberes, el gobierno belga anunció que mantendrá las medidas de seguridad actuales y mantendrá desplegada a la policía federal por el momento.
El ministro del Interior belga, Bernard Quintin, anunció el jueves que los agentes federales permanecerán desplegados en el distrito, revirtiendo así un plan gubernamental anterior de reducir la presencia policial prácticamente a la mitad. Este cambio de postura se produjo tras la reunión de Quintin con representantes de la comunidad judía de Amberes.
Esta última decisión llega apenas unos días después de un ataque mortal durante una celebración de Hanukkah en la playa Bondi de Sídney que dejó 15 muertos y al menos 40 heridos, en medio de preocupaciones constantes sobre amenazas a las comunidades judías en todo el mundo.
El lunes, la sección de Amberes del partido político de extrema derecha Vlaams Belang pidió una mayor protección para las escuelas e instituciones judías durante una reunión del consejo municipal, informaron los medios belgas.
El gobierno había rechazado originalmente los pedidos de reforzar la seguridad y en su lugar había planeado retirar el despliegue federal, una medida que provocó la indignación de los líderes de la ciudad y renovó la preocupación dentro de la comunidad judía en medio de amenazas constantes.
Al abordar estas preocupaciones, Quintin destacó que la protección de los sitios judíos es una prioridad absoluta para el gobierno, pero enfatizó que la presencia de la policía federal en Amberes no pretende ser una solución permanente, y que la policía local es responsable de mantener la seguridad en el terreno.
La alcaldesa de Amberes, Els van Doesburg, había condenado la decisión anterior del gobierno como “incomprensible” y advirtió que la ciudad no puede arriesgarse a una brecha de seguridad, especialmente tras el ataque de Bondi Beach el domingo.
“No debe haber ningún vacío en la seguridad del barrio judío de Amberes”, declaró Doesburg a los medios belgas. “Esto es algo que debemos hacer juntos. Va más allá de la policía de Amberes”.
Desde el mortal ataque al Museo Judío de Bruselas en 2014, se han reforzado las medidas de seguridad y los servicios de inteligencia belgas han advertido constantemente de las crecientes amenazas a los sitios judíos.
En respuesta, Amberes ha mantenido durante mucho tiempo un modelo mixto en el que la policía local y la federal comparten la responsabilidad de su protección.
El gobierno federal ha propuesto ahora un plan alternativo para desplegar personal militar en los lugares comunitarios judíos de Amberes para apoyar a la policía local y aumentar la capacidad, aunque todavía no se ha alcanzado un consenso a nivel gubernamental.
Los líderes de la comunidad judía habían criticado previamente duramente las propuestas de reducir la seguridad, desestimando la explicación de Quintin y denunciándola como una “decisión política”.
Ralph Pais, vicepresidente del Centro de Información y Documentación Judía (JID), una organización belga sin fines de lucro que combate el antisemitismo, señaló que la retirada planificada, tanto en su momento como en su ejecución, había aumentado la preocupación dentro de la comunidad.
A pesar de la expectativa de la comunidad de que las autoridades abordarían el problema, Pais advirtió que la seguridad inadecuada podría conducir a problemas graves.
Van Doesburg había pedido que los oficiales federales permanecieran en sus puestos hasta que se pudiera establecer un reemplazo adecuado, ya sea mediante un aumento de la dotación de personal policial local o el despliegue de personal militar, una solicitud ahora atendida por la decisión del gobierno de mantener las medidas actuales.
La Asociación Judía Europea (EJA) dijo en un comunicado que “daba la bienvenida” a la decisión de mantener los niveles actuales de policía federal en Amberes, señalando que el plan inicial “causó profunda preocupación dentro de la comunidad judía y más allá”.
“Esta decisión surge tras un diálogo directo con funcionarios electos y representantes judíos, y transmite un mensaje importante: la seguridad de la vida judía es una responsabilidad fundamental del Estado y no puede estar sujeta a la incertidumbre ni a un deterioro gradual”, declaró la EJA. “La EJA desea expresar su sincero agradecimiento a [Quintin] por escuchar atentamente estas preocupaciones y actuar con decisión para evitar cualquier vacío de seguridad. También felicitamos al diputado Michael Freilich, quien planteó el tema con vehemencia en el Parlamento”.
(Algemeiner)
















