Sivan Rahav Meir
Hoy es 7 de Jeshván. A partir de hoy, hay un cambio en la oración de Amidá -la oración básica que se reza tres veces al día- ya que en ella comenzamos a pedir por lluvia. He aquí algunas cosas que debes saber:
1. Esta fecha tiene un significado especial. Nuestros sabios determinaron que debíamos comenzar a pedir por lluvia en la Tierra de Israel sólo a partir del 7 de Jeshván, porque para esta fecha todos los judíos que habrían peregrinado al Templo durante la Fiesta de Sucot, en el mes de Tishrei, ya habrían completado su largo viaje de regreso a casa. Ésta es una lección de solidaridad: todo el pueblo judío espera, antes de rezar para que llegue la lluvia, porque deseamos que incluso el último de los peregrinos, que vive en el lugar más remoto, llegue a casa sin problemas, sin lluvia ni lodo.
2. Oramos, por supuesto, por la lluvia de bendición, por la agricultura, pero la lluvia también simboliza todas las bendiciones y la abundancia que proviene del cielo, todo el sustento y el éxito que pedimos en la vida.
3. Según la versión ashquenazí, la oración cambia de la siguiente manera: en lugar de decir, como en verano: “Y concede bendición sobre la faz de la tierra”, ahora comenzamos a pedir: “Y concede rocío y lluvia como bendición sobre la faz de la tierra”. Según la versión sefardí, la oración es más larga y detallada. No sólo pedimos lluvia, sino además pedimos paz, esperanza y bendición, y también salvación de todo tipo de problemas y calamidades. No sólo oramos por nosotros mismos, sino por el mundo entero. Te invito a consultar el libro de oraciones (o buscar en Google…) y a profundizar en estas hermosas palabras.
Que tengamos el mérito de recibir la lluvia, y especialmente una “lluvia” de buenas noticias.















