Tras la eliminación por parte de Israel de cuatro terroristas de la Fuerza Radwan en el sur del Líbano durante el fin de semana, el ministro de Defensa, Israel Katz, amenazó al Líbano con volver a la guerra si el gobierno continúa ignorando su compromiso de desarmar a Hezbolá.
Las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) informaron que los terroristas de la Fuerza Radwan, eliminados del ejército, estaban involucrados en esfuerzos por restaurar la infraestructura terrorista de Hezbolá en el sur del Líbano.
Un funcionario israelí ha confirmado a Al Arabiya que la información de inteligencia muestra que Hezbolá se está rehabilitando y que ha sacado de contrabando cientos de misiles de Siria en los últimos meses.
El enviado especial del presidente estadounidense Donald Trump para Siria, Tom Barrack, afirmó durante el fin de semana que Israel continúa realizando ataques diarios en el Líbano porque Hezbolá ha mantenido a unos 40.000 terroristas y entre 15.000 y 20.000 cohetes y misiles.
“Miles de misiles en el sur del Líbano siguen representando una amenaza para Israel”, afirmó. “Es absurdo que no exista un diálogo entre ambos países. El Líbano no puede permitirse el lujo de perder tiempo. Debe consolidar su armamento. Israel podría responder en el Líbano dependiendo de cómo se desarrollen los acontecimientos”.
Durante su intervención en una conferencia de seguridad en Baréin, Barrack explicó algunas de las razones por las que resulta tan difícil desarmar a Hezbolá. “Líbano es un Estado fallido”, afirmó. “No tiene banco central; su sistema bancario ha colapsado. No hay electricidad; la población depende de generadores privados. Incluso el agua y la educación son proporcionadas por empresas privadas. El Estado es Hezbolá, que en el sur provee agua y educación”.
Barrack añadió que el ejército libanés cuenta con tan sólo unos 60.000 soldados equipados con viejos jeeps y fusiles AK-47. “Un soldado del ejército libanés gana unos 275 dólares al mes, en comparación con un terrorista de Hezbolá, que gana unos 2.200 dólares”, señaló.
Katz declaró: “Hezbolá está jugando con fuego y el presidente del Líbano se está haciendo el remolón. El compromiso del gobierno libanés de desarmar a Hezbolá y expulsarlo del sur del Líbano debe cumplirse. Se mantendrá e incluso se intensificará la aplicación de la ley al máximo. No permitiremos ninguna amenaza contra los israelíes en el norte”.
