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Alegría sin igual

Alegría sin igual

Rab David Perets

22 de octubre de 2019

Hace unos años, durante un vuelo que partía de Bogotá se sentó a mi lado un señor colombiano que era experto en encuestas.

Al verme, me preguntó si era rabino y si podría aclararle una duda que muchas personas relacionadas con el estudio de la información que se obtiene a través de las encuestas se hacen. 

Decidí escuchar su consulta para tratar de ayudarlo en lo que me fuera posible. 

Este señor me comentó que existe una ciudad en Colombia cuyo alcalde es conocido por ser corrupto, por no trabajar bien, por su injusticia y demás, y, sin embargo, al realizar las encuestas, obtiene un apoyo de sus conciudadanos en un 90%, número ridículamente alto en cualquier óptima circunstancia.

Entonces, no se entiende, cómo puede ser que una persona con este perfil sea tan aceptada.

Le contesté que, en ocasiones, incluyendo temas de política, las personas escogen algo o a alguien porque es bueno y otras por no tener opción.  ¿Cuántas veces no se elige a un líder por no haber una mejor alternativa? Posiblemente las personas de esta ciudad se encuentran en esta posición y están tan claros con ello que por eso aquel alcalde consigue un alto porcentaje de aprobación.

Luego de hablar con este señor, me puse a reflexionar.

Acabamos de celebrar Rosh Hashaná y Yom Kipur, momento en el que coronamos a D”s como nuestro Rey, como nuestro Creador, respetándoLo y honrándoLo, pero muchas veces toda esta distinción que Le otorgamos la hacemos porque no tenemos a nadie más. “En lanu al mi leishaen” – “No tenemos en quien más apoyarnos que en D”s”. Sotá 49b.

Esto no es lo que Hashem quiere. Lo que D”s desea es que lo aceptemos por amor, por un cariño incondicional, y es por ello que nos da la fiesta de Sucot.

Aunque pasamos por momentos de mayor seriedad, de temor, como Rosh Hashaná, Día del Juicio, y Yom Kipur, la relación que D”s anhela tener con nosotros  es de amor hacia Él y hacia Sus preceptos.

Luego de salir de Kipur con aras positivas hacia la vida, levantamos en Sucot nuestra bandera de victoria, el Lulav, y demostramos a través de la alegría característica de esta fiesta que somos Su Pueblo por deseo a estar con Hashem. “Vesamajta vejagueja vehaíta aj saméaj” – “Te alegrarás en tu fiesta y estarás alegre”. Devarim 16:15 

La alegría, los sentimientos positivos son piezas clave para garantizar el éxito en la vida.

Analiza, si de igual forma estás asistiendo a la sinagoga, poniéndote el tefilin, cuidando Shabat, comiendo kasher, revisando que los vegetales estén libres de insectos, o haciéndole un favor a tus padres o a tu hijo, hazlo con placer, con aprecio. Al agregarle a tus acciones ese sentimiento de amor llegarás a un nivel mayor de cumplimiento envuelto en felicidad y honra.

Lo que se hace con amor es lo que perdura, lo que logra transmitirse de forma intacta a las futuras generaciones.

Hace un tiempo conocí a un hombre que no es religioso, no cumple Shabat ni come kasher, pero realiza la fiesta de Sucot a cabalidad. Me sentí curioso al ver su comportamiento y le pregunté a qué se debe que tenga tanta especialidad con este Jag. Este hombre me dijo: “Rabino, mi padre cumplía la Mitzvá de la fiesta de Sucot con una alegría sin igual, que sólo al verlo uno se contagiaba con su energía que es imposible dejarla pasar”.

Si queremos que nuestros hijos, nuestra descendencia, cuide nuestros preceptos y valores debemos realizarlos con alegría.

La Simjá de Sucot tiene algo particular. Nosotros entramos a una cabaña que puede ser incómoda. Puede haber mosquitos, hacer calor, llover, y en esa situación Hashem nos pide demostrar la mayor felicidad. ¿Acaso este es posible?

Sucot nos enseña lo que verdaderamente significa el concepto de la alegría.   La felicidad no radica en lo que posees externamente, si no en tu esencia, en lo que tienes dentro, en el aprecio a la vida y a la integridad del alma.

La incomodidad es superficial ya que el que es feliz internamente logrará que lo que suceda a su alrededor no le afecte, por el contrario, irradiará su júbilo propagando su buena vibra, su satisfacción, su dicha, y el entorno solo logrará que su felicidad se multiplique.

La vida está llena de causas para quitarnos la alegría, de razones y excusas para estar amargado y triste. Nuestra felicidad debe salir de adentro hacia fuera para así contrarrestar esos motivos externos que intentan perjudicarnos.

Vesamajta vejagueja vehaíta aj saméaj”.  

Fuente: El árbol de la vida (Panamá)

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