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Bendición desde el corazón

Bendición desde el corazón

Rabino David Zaed

8 de noviembre de 2019

Leemos en la Perashá de la semana: “Y le dijo Hashem a Abram: Vete para ti de tu tierra y del lugar donde naciste y de la casa de tu padre, a la tierra que te mostraré (…). Y bendeciré al que te bendiga, y al que te maldiga, lo maldeciré, y se bendecirán contigo todos los pueblos de la tierra” (Bereshit XII 1/3).

Observemos que cuando Hashem habló con Abraham (cuyo nombre anterior era Abram), le dijo que “bendecirá al que lo bendiga” y que “al que lo maldiga, lo maldecirá”. Cuando se refirió a la bendición, antepuso su bendición a la bendición de los demás, y cuando se refirió a la maldición dijo que iba a maldecir recién a quien haya sacado de su boca una maldición.

El Gaón Rabi Shlemó Efraim Lonshnitz zt’l lo explica de la siguiente manera:

Cuando una persona quiere decir algo, piensa antes de sacar las palabras de su boca, y ordena esas palabras en una fracción de segundo para luego decirlas.

Si una persona quiere bendecir, Hashem bendice a esta persona desde el momento en que se propone hacerlo, aún cuando todavía no fue pronunciada por sus labios. Esto es porque “una buena intención (aunque no se concrete) es considerada como un hecho”. Y por eso está escrito: “Y bendeciré (antes que te bendiga) al que te bendiga”.

En cambio, Hashem no maldecirá al que tenga la intención de maldecir, sino hasta que la maldición salga de su boca. Esto es porque “una mala intención no es considerada como un hecho (si no llega a concretarse)”. Y por eso está escrito: “Al que te maldiga (recién cuando lo haga) lo maldeciré”.

Y ése es el motivo por el que Hashem le asegura a la persona: “Antes de que tú me lo pidas, Yo te responderé”. Porque cuando la persona tiene la buena intención de dirigirse a Hashem para pedirle algo, su pedido es concedido aún antes de ser pronunciado por los labios. (Peirush Keli Yakar – Lej Lejá).

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