Becky Krinsky
14 de mayo de 2020
A pesar de que parece que el mundo paró y dejó de fluir, la realidad es que la vida ha persistido. El panorama cambió, sin consultar o pedir permiso. Muchos hábitos y costumbres se transformaron. La realidad es que el mundo no dejó de ser, a pesar de tener encima la terrible amenaza de la pandemia.
De hecho, el planeta no se derrumbó. Por lo contrario, la crisis y el distanciamiento social fortalecieron los valores de sus habitantes. Inyectando energía, esperanza y ganas para reconstruir el mundo afectado y explotado. Una tierra que giraba sin descanso, existiendo bajo las demandas de ciudadanos caprichosos y egoístas.
La adversidad y la añoranza a la rutina conocida despertaron una conciencia dormida. Desde luego que no es momento para buscar culpables o los instigadores de esta crisis. Es importante tomar responsabilidad y aceptar que todos y cada uno somos parte del problema y de la solución.
Cada época de la historia ha luchado y encontrado una forma para trascender. Nosotros no somos la excepción. La sociedad actual se ha visto forzada a iniciar un proceso de recuperación y superación. Condiciones que antes de esta terrible pandemia, eran solo sueños y esperanzas de las películas de ciencia ficción.
Para retomar la vida, hay que confrontar con objetividad las cuestiones que impulsaron a qué pandemia explotara con tal magnitud. Cada persona se debe de convertir en un agente de protección, y cambio. En un embajador para preservar la vida y el equilibro.
Es importante tener planes de acción concretos. Saber qué hacer en caso de que alguna persona se enferme. Cómo vivir en un habiente más limpio, sin esperar a qué otros higienicen, recojan la basura o desinfecten sus áreas de trabajo. A dónde recurrir en caso de tener una emergencia. Hacer un mapa para reintroducir rutinas y el contacta social.
Siempre hay que ver hacia el futuro y reconocer que resurgir sí es posible, sanar no es una acción opcional. Si estás vivo, el planeta exige que lo cuides. La vida continua, cada uno tiene el compromiso de poner de su parte.
El factor humano debe de ser una prioridad, ser gentil, agradecido, paciente y prudente. Recordarse lo difícil que era estar distanciado y vivir sin la cercanía y el roce humano.
Para retomar la vida será importante recordar esta época como una prueba superada con excelencia. Conmemorando las historias gratas que se vivieron. Agradeciendo a las personas que estuvieron presentes e hicieron que el tiempo se pasara menos estresado.
Sobre todo, hay que ser consistente con los aprendizajes adquiridos. Recordar y adaptarse a un mundo en recuperación de una enfermedad mortal. No repetir viejos patrones deteriorados y tener presente el valor y la fragilidad de la vida.
Hay que aprender las lecciones de esta experiencia para tomar mejores decisiones.
La receta
Cómo retomar la vida
Ingredientes:
Honestidad – integridad y sinceridad para tratar a todos y todo por igual
Respeto – reconocer los límites y asegurarse de protegerlos
Confianza – saber que se puede y que se tiene lo que se necesita para lograrlo
Agradecimiento – buscar y darle valor a la vida
Consideración – cuidado y atención para tratar a todos con dignidad y cordialidad
Afirmación Positiva para retomar la vida después de una crisis
Reconozco que el camino a la recuperación no es fácil, pero tengo la confianza de que se puede lograr. Tengo el poder para comprometerme y ayudar a que la vida resurja y se mejore. Yo soy parte importante para que el proceso de sanación funcione. Tengo fe en la vida. Busco armonía y agradezco la oportunidad que tengo para vivir y poder ayudar al mundo y a mi comunidad.
Como recuperar y mejorar el mundo después de la pandemia:
1. Las relaciones personales tienen un impacto importante para la recuperación. El compromiso y la confianza que se crea hace una alianza con las personas para aprender a coexistir en el mundo e iniciar el proceso de sanación.
2. Recuperar la confianza es vital para creer que todo es posible. La narrativa que uno se cuenta es la historia que uno se cree. Cuando uno reconstruye su confianza, la recuperación se da en forma natural y armoniosa.
3. Redescubrir una nueva misión de vida es reinventarse y adaptarse al cambio. Cuando las cosas ya no funcionan, es importante abrir el horizonte y explorar las nuevas oportunidades.
Mientras no nos demos por vencidos, el mundo y la humanidad van a resurgir y persistir.
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Becky Krinsky | Life-Coach, Author, & International Speaker