Dr. Alberto J. Rotenberg (Director de La Página Judía)
Hace algo más de diez años fui seleccionado por el gobierno argentino para participar como representante de la prensa judía en un encuentro, junto con representantes de otros credos, para debatir sobre los contenidos espirituales en los medios de comunicación masiva. Las voces de los oradores coincidían en forma unánime, por aquel entonces, en la necesidad de fortalecer los contenidos con valores morales y espirituales, como contraposición a la predominante procacidad y la utilización de la mujer como un objeto de consumo cuyo paradigma se resumía en la propuesta televisiva de los exitosos (en términos de niveles de audiencia) programas del famoso conductor Marcelo Tinelli. Sin contar con los numerosos programas que a su vez se alimentaban con los rumores y ventilaban las intimidades de sus personajes.
Esta semana se generó un escándalo a partir de una propuesta estética en donde una mujer cantaba y a sus espaldas aparecía una coreografía con imágenes de otras representantes del sexo femenino apoyando la letra. En un momento dado, mientras la canción se refería a la mujer que rehúsa quedarse en la casa, apareció la imagen de Ana Frank.
Tanto el Centro Ana Frank de Argentina como otras entidades y personalidades salieron a criticar fuertemente la banalización de la Shoá. Sin duda que usar la imagen de Ana Frank, quien consituye todo un símbolo del sufrimiento y el horror que padecieron nuestros familiares en mano de los nazis, no puede generar otra reacción que un profundo dolor a la vez que el más fuerte repudio e indignación.
A raíz del mencionado escándalo y las reacciones que se fueron haciendo públicas, el señor Marcelo Tinelli y su producción hicieron un reconocimiento expreso que se trató de un error involuntario y carente de toda intención de dañar. El final es conocido: Las autoridades del Centro Ana Frank acordaron con la producción de Tinelli que realizarían una visita y difundirían públicamente las imágenes de su paso por la institución. También se hizo pública una carta del Gran Rabino Isaac A. Sacca dirigida al señor Marcelo Tinelli en el que manifiesta que “nadie sospecharía de Ud. de banalizar la Shoá ni menospreciar ninguno de los sagrados valores de alguna religión o pueblo” agregando: “Usted es una persona respetuosa, considerada y que se lamenta por actos como la Shoá”.
Sin duda que el señor Marcelo Tinelli goza de una gran audiencia y podría constituirse en una influencia constructiva para concientizar a mucha gente acerca de lo ocurrido durante la Shoá, desterrar el prejuicio antisemita que anida en muchas mentes y corazones y, finalmente, fortalecer los valores del respeto y la tolerancia.