Sivan Rahav Meir (Desde Israel)
Las últimas noticias están dañando nuestro estado de ánimo. Otra ola de corona está aquí, hay miles de confirmados por día e inclusive se habla de otro cierre.
En estos días de preocupación, la palabra “alegría” aparece 7 veces en la parashá de esta semana.
Cuando miramos el contexto, encontramos que la alegría no ocurre cuando estamos tranquilos o cuando la situación es perfecta y recibimos todo lo que queremos. La alegría siempre ocurre cuando le damos a los demás y hacemos a los demás participes de nuestra alegría.
He aquí un ejemplo: “Y te alegraste en tu festividad tú, tu hijo, tu hija, tu siervo, tu madre, el levita, el forastero, el huérfano y la viuda que se encuentran en tus portones”. O sea, la alegría incluye a todos los necesitados y débiles que se encuentran a tu alrededor.
Una y otra vez la alegría se presenta en la parashá cuando habla del esclavo, de la viuda, del forastero, del huérfano y del pobre. Ella nos saca de nuestro “yo” y nos dirige hacia el “nosotros”. Hay en ella el dar y no el tomar.
La búsqueda de aquellos que están aislados y enfermos en nuestro barrio, de los necesitados de nuestra zona, de alguien que pueda ser útil incluso dentro del hogar y la familia inmediata, ¿es éste también el camino hacia la felicidad personal?
La parashá nos indica un camino emocionante para nosotros: ninguna búsqueda de logros y la paz conducirán a la alegría, sino precisamente la preocupación por el prójimo. Una revolución de alegría.