Rab Elimelej Biderman
Foto: Kéver Rajel.
El 11 de Jeshvan es el Aniversario de Rajel Imenu.
Ella no sólo le dio a su hermana Lea el hombre que iba a ser su propio esposo, sino que también le dio los Simanim, las señales que ella había acordado con Yaacob, todo ello para evitar la vergüenza de su hermana Lea.
El Rav Shlomo Zalman Auerbaj, en Hiljot Shabat al final del Simán 67, trae la Halajá que establece que una persona tiene definitivamente permitido ser Mejalel Shabat -profanar el Shabat- para salvar una vida.
¿Por qué -entonces, él pregunta- puede una persona no ser Mejalel Shabat para evitar avergonzar a otro, lo cual es una forma de matar?
Esta es la pregunta que él trajo, y aunque la Halajá concluye que no está permitido ser Mejalel Shabat, el hecho que el Rab Auerbaj traiga esta pregunta nos enseña la gravedad de avergonzar al prójimo. Es una forma de matar, de tal manera que evitar la vergüenza de una persona es como darle vida.
Rajel Imenu demanda eso de nosotros. Hay tantas personas quebrantadas, ¡hay tantas oportunidades de quitar sus lágrimas!
En Slomim, el “Nishmat” en Shabat a la mañana es una parte del rezo muy importante. En Shabat por la mañana, cuando llega el momento de recitar el “Nishmat”, el Bet Midrash está colmado de Kedushá -santidad-.
El Rebe, el Divrei Shmuel, pone todo el corazón para enseñar a sus discípulos sobre su poder, pero el propio Rebe dijo en una oportunidad: “Ustedes deben saber que escuchar el dolor de otro judío haciéndolo sentir de esa manera un poco mejor ¡no tiene menos valor que decir el “Nishmat” mil veces!”.
Así dijo el Rebe, quien tanto énfasis ponía en la importancia del “Nishmat”, que secar las lágrimas de otro judío vale por mil “Nishmat”…