Sivan Rahav Meir
Hoy es la fecha de fallecimiento de nuestra Matriarca Rajel. Esta hermosa historia está dedicada para la elevación de su alma.
En el primer Congreso Sionista en Basilea, el líder sionista Dr. Max Nordau pronunció un discurso en el que expresó repetidamente las eternas tres palabras del profeta Jeremías sobre Rajel Imenu, Rajel nuestra Matriarca: “Y retornarán los hijos a sus fronteras”. Cuando le preguntaron a Nordau como él había llegado a este versículo de acuerdo con su formación académica, él respondió lo siguiente: “Estas palabras se las debo a aquel a quien le debo todo mi judaísmo y mi sionismo, un niño judío de ocho años de Polonia.
“Tengo una clínica infantil en París. Una vez, una mujer judía y su hijo enfermo entraron a la clínica. Abro una tarjeta para el nuevo paciente, pero él apenas habla francés. Y su madre explica: él no estudia en una escuela normal. Estudia en ‘Jéder’, una escuela judía.
La reprendí severamente: ¡Es así como se crea el antisemitismo! Les abrimos las puertas del país a ustedes, refugiados de Polonia. ¿Por qué el niño no aprende francés? Y le pregunté al niño enojado: En este ‘Jéder’, ¿qué aprendiste? Entonces el chico cambió, sus ojos se iluminaron. En yiddish, que entendía gracias al idioma alemán que yo conocía, me contó lo que había aprendido la última vez en el Jéder:
Nuestro Patriarca Yaacov, cuando estaba en su lecho de muerte en Egipto, invitó a Yosef, le ordenó, lo hizo jurar y le rogó: ‘Por favor, no me entierres en Egipto’. Entiérrame en la Cueva de los Patriarcas, pidió. Allí están enterrados Abraham, Isaac, Sara y Rebeca. También enterré a Leah allí. Entiérrame allí.
Y Yaacov continúa: ‘ En cuanto a mí, cuando vine de Padán, se me murió Rajel… y la enterré allí en el camino de Efrat, que es Bethlejem.’ ¿Por qué en medio de su pedido, Yaacov habla de la tumba de Rajel? Rashi explica – y el niño cuenta todo esto – que Yaacov, nuestro patriarca, vio la necesidad de disculparse con Yosef: No la enterré simplemente allí, así lo quiso Di’s. Él sabía que Nabucodonosor llevaría a los hijos de Rajel al exilio, a mis hijos, durante la destrucción del Primer Templo, y ella saldrá de su tumba y llorará por sus hijos. Por su mérito, sus hijos perdidos y exiliados retornarán a la Tierra de Israel. Di’s la escuchará y le contestará: “Priva tu voz de llanto, y tus ojos de lágrima, porque hay recompensa a tu obra, y hay esperanza para tu final, pues retornarán tus hijos a sus fronteras”.
“Me emocioné mucho”, dice el Dr. Max Nordau. “Giré la cara hacia la ventana, para que la madre y el niño no vieran mis lágrimas, me dije: Max, eres una persona educada, con doctorado y poco sabes de la historia de tu pueblo, de estos libros sagrados. ¡Nada! Y aquí está un niño enfermo, un inmigrante, un refugiado, y habla de Yaacov y Yosef y Jeremías y Rajel, ¡como si todo tuviera vida frente a sus ojos!
Me dije a mi mismo, en mi corazón: ¡Un pueblo que tiene niños así, que viven tanto su pasado, también vivirán con un futuro brillante! En el periódico de ese fin de semana vi un anuncio: ‘Aquellos que consideran importante el destino del pueblo judío, aquellos que están heridos por el antisemitismo y aquellos que buscan una solución, por favor llamen y firmen abajo. Firmado: Dr. Theodore Hertzl. Inmediatamente acepté. Cuando establecimos el primer Congreso Sionista, flotaba ante mis ojos la figura del niño, cuyo nombre no recuerdo, pero las palabras que me dijo nunca las olvidaré, porque son las mismas ya que son la base del sionismo, son la base del judaísmo: ¡y los hijos regresaron a sus fronteras!”.
Hasta aquí la historia. Este niño no entendía el sionismo, pero puso en marcha un gran movimiento gracias a su simple conexión con la Torá. Max Nordau no entendía de Torá, pero una historia de la Torá cambió su vida. Hay cosas que son más grandes que nosotros y hay procesos eternos que son más grandes que todas las definiciones humanas.
Que tengamos el mérito de ver realizada completamente la oración de Rajel: y que los hijos vuelvan a sus fronteras.