En la parashá de esta semana, la Torá a veces dice “Moshé y Aharón”, y otras veces dice “Aharón y Moshé”, poniendo a Aharón primero. Rashi explica que el cambio es para transmitirle a Hashem que ambos eran de igual estatura. Por lo tanto, a veces dice Moshé primero, y a veces dice Aharón primero.
En primer lugar, esto es bastante desconcertante. ¿Cómo podemos decir que Aarón era igual a Moshe cuando la Torá dice acerca de Moshé Rabbeinu que él era, “Anav meod mikol adam – Él era el más humilde de los hombres?” La Torá también dice enfáticamente, “V’lo kam navi b’Israel k’Moshé – Nunca hubo un profeta en Israel como Moshé”. Y la Torá nos dice además que nadie “vio” a Hashem panim el panim, “cara a cara” como lo hizo Moshé.
Mi Rebe, Rav Moshé Feinstein, zt”l, zy”a , en su libro Dorash Moshé, responde que cuando Rashi dice que Moshé y Aharón eran iguales, significa que ambos alcanzaron su máximo potencial. Y, por lo tanto, a los ojos de Hashem, eran de igual grandeza. ¡Éste es un entendimiento fundamental, oh!, de nuestra misión en la vida.
Tomemos, por ejemplo, el caso del muchacho de la yeshivá que se siente abatido porque no ha dominado un complejo K’tzos HaJoshen, como el bajur que está a su lado. Pero, en realidad, el tafkid, el propósito, de este muchacho es dominar la Mishná Berurá y las leyes del lashon hará. O tal vez su misión esté en el mundo de los sifrei majshavá, seforim del pensamiento como las obras del Maharal y el Pachad Yitzchak.
Pero la lección de Rav Moshé es aún más profunda que esto. La Guemará en el primer perek de Bava Batra nos cuenta acerca de cuando Reb Yosef estaba en coma. Cuando salió del coma, su padre, el gran R’Yehoshúa ben Levi, le preguntó qué vio. Reb Yosef le dijo: “Tuve una visión del mundo venidero donde “ Elionim l’maalah ve’tajtonim l’matah – Aquellos que estaban arriba aquí estaban abajo allí, y aquellos que estaban abajo aquí eran grandes allá”. R’ Yehoshua ben Levi le dijo que había visto una visión clara. Rashi lo explica de manera sencilla: que el rico avaro que vivió a lo grande en este mundo fue humilde en el mundo venidero, mientras que el mendigo devoto que luchó aquí fue exaltado en el mundo venidero.
Reb Moshe pregunta: “¿Por qué necesitamos que alguien que sale de un coma nos enseñe algo tan obvio?”. En cambio, explica que a veces el Rosh Yeshivá que es considerado grande en este mundo puede ser de menor estatura en el mundo venidero, mientras que el plomero devoto que no es tan respetado en nuestro mundo puede ser un “tomate de primera” en el mundo venidero. Esto se debe a que, explica Reb Moshé, todo depende de cuántos peldaños subimos desde el talento en bruto que nos fue otorgado hasta nuestro verdadero potencial. El Rosh Yeshivá que recibió mucho potencial en bruto puede haber subido solo tres peldaños, mientras que el plomero al que se le otorgó mucho menos potencial innato puede haber subido siete peldaños.
Esto es lo que decimos en nuestra liturgia de Rosh Hashaná: “Maasei ish u’f’kudoso – Cada hombre y su posición en la vida”. Es posible que el potencial de una persona resida en cómo logró hacer de un matrimonio difícil una historia de éxito, o que el potencial de otra persona sea ser cuidador de padres ancianos. Mientras que Moshé fue el gran hombre de la Torá, Aharón fue el campeón de la paz. Sus misiones eran completamente diferentes. Esto también subraya la importancia del papel de un padre, de quien está escrito: “Janoj l’naar al pi darko – Educa a tu hijo según su camino”, que ya a una edad temprana el padre eficaz está ayudando a su hijo a identificar cuáles son sus potenciales específicos.
Esta es también una información muy importante para la esposa. A veces, ella puede sentirse deprimida porque su esposo no es el lamdan célebre que es el esposo de su amiga. Ella debe saber que su esposo, que es honesto en su trabajo y hace un kidush Hashem en su trato con los clientes y su empleador, está cumpliendo con su tafkid y es igual a los Ojos de Hashem al más grande masmid en el Beit Medrash.
Como dice el famoso dicho jasídico : “Reb Zusha dijo: Hashem no me va a preguntar por qué no fui como Moshé Rabbeinu. Hashem me preguntará por qué no estuve a la altura de ser el mejor Reb Zusha que puedo ser”.
Que Hashem nos bendiga para que todos reconozcamos nuestro potencial y vivamos a la altura de él, y en virtud de ese mérito se nos conceda una larga vida, buena salud y todo lo maravilloso.