Sivan Rahav Meir
Si en estos días te sientes abrumado y te cuesta contener todas las emociones, mira el mecanismo que nos ofrece la Parashá que leímos en Shabat: en medio de la narrativa histórica y dramática, recibimos anclas.
Un momento describe la plaga de los primogénitos y todos los primogénitos en Egipto mueren, y en seguida recibimos un mandamiento, una mitzvá práctica: la de santificar el mes. Entonces el Faraón anuncia que el pueblo de Israel puede irse, pero justo en medio de este drama Di-s nos ordena ponernos Tefilín y celebrar la noche del Séder de Pésaj en cada generación.
¿Por qué la Parashá en la cual se produce el éxodo de Egipto es también la Parashá en la que aparecen nada menos que 20 (!) mandamientos? Aquí hay un mensaje profundo e importante:
La Torá no es un libro de ficción ni una película. La Torá es una filosofía de vida. Así que, en los momentos más poderosos, en medio del “wow”, ella nos da anclas eternas, ella trae los valores a la rutina diaria, a la vida cotidiana. Ella graba la historia en nosotros para siempre de la manera más práctica, más concreta.
Inclusive en este período, hay un llamado aquí a canalizar todas nuestras emociones turbulentas en algo práctico, en mitzvot y buenos actos, en acciones positivas. Cada uno está invitado a pensar, precisamente en estos días, qué acción positiva quieres asumir, qué anclas permanentes quieres añadir a tu vida.
Que tengamos buenas noticias.