Alin Vilches Argüello
Foto: Las secuelas del atentado contra el edificio de la AMIA en Buenos Aires el 18 de julio de 1994. Foto: Archivo.
El Departamento de Estado de Estados Unidos está ofreciendo recompensas por información sobre las redes financieras de Hezbolá en América Latina, con especial atención a la zona de la Triple Frontera, donde se cruzan Paraguay, Argentina y Brasil y se sabe que la actividad ilícita prospera.
En un comunicado publicado el lunes, el programa Recompensas por la Justicia del departamento anunció que ofrece hasta 10 millones de dólares por información que perturbe “los mecanismos financieros de la organización terrorista”.
El grupo terrorista libanés respaldado por Irán “genera alrededor de mil millones de dólares anuales a partir de una combinación de apoyo financiero directo de Irán, empresas e inversiones internacionales, redes de donantes, corrupción y actividades de lavado de dinero”, se lee en el comunicado.
Entre otras actividades, Estados Unidos alega que el grupo terrorista financia sus operaciones a través del lavado de dinero, el tráfico de drogas, el contrabando de carbón y petróleo, el comercio ilegal de diamantes, la falsificación de documentos, la falsificación de dólares estadounidenses y el tráfico de grandes cantidades de efectivo, cigarrillos y artículos de lujo en los tres países, alega Estados Unidos.
Según la portavoz del departamento, Tammy Bruce, el gobierno de Estados Unidos está solicitando información sobre empresas o inversiones vinculadas a Hezbolá o sus facilitadores financieros, empresas fachada involucradas en la adquisición de tecnología de doble uso para el grupo terrorista y actividades criminales de miembros y partidarios de Hezbolá que ayudan a financiar sus operaciones.
Irán es el principal patrocinador internacional de Hezbolá , así como del grupo terrorista palestino Hamás y de los militantes Houthi de Yemen, a quienes proporciona armas, financiación y entrenamiento.
Estados Unidos designó oficialmente a Hezbolá como Organización Terrorista Extranjera (FTO) en 1997 y luego como Grupo Terrorista Global Especialmente Designado (SDGT) en 2001, mientras que Irán fue clasificado como Estado Patrocinador del Terrorismo en 1984.
La zona de la Triple Frontera en América del Sur ha sido considerada durante mucho tiempo como un centro financiero para los agentes de Hezbolá y continúa siendo un foco del crimen organizado en toda la región.
Argentina sufrió los dos ataques terroristas más letales de la región: el atentado de 1992 contra la embajada de Israel y el atentado de 1994 contra el centro comunitario judío de la Asociación Mutual Argentino-Israelí (AMIA) en Buenos Aires, ambos atribuidos por las autoridades argentinas a Hezbolá, con apoyo y dirección de Irán.
En abril, el fiscal principal en el caso del atentado con bomba al centro comunitario judío AMIA en 1994 solicitó a la corte federal argentina que emitiera órdenes de arresto nacionales e internacionales contra el líder supremo de Irán , el ayatolá Ali Khamenei, por su presunta participación en el ataque terrorista.
Sebastián Basso, quien sucedió al ex fiscal Alberto Nisman después de su asesinato en 2015 , argumentó que Jamenei estuvo directamente involucrado en la planificación del atentado a la AMIA de 1994, el ataque terrorista más letal en la historia de Argentina, en el que 85 personas murieron y más de 300 resultaron heridas.
En 2006, Nisman acusó formalmente a Irán de orquestar el atentado y a Hezbolá, el principal aliado del régimen, de perpetrarlo. Nueve años después, acusó a la expresidenta argentina Cristina Fernández de Kirchner de intentar encubrir el crimen y bloquear los esfuerzos para extraditar a los sospechosos de la atrocidad de la AMIA a cambio de petróleo iraní.
El presunto encubrimiento se habría formalizado a través de un Memorándum de Entendimiento firmado en 2013 entre el gobierno de Kirchner y las autoridades iraníes, con el objetivo declarado de cooperar en la investigación del atentado a la AMIA.
El año pasado, el segundo tribunal más importante de Argentina dictaminó que el atentado de 1994 en Buenos Aires fue “organizado, planificado, financiado y ejecutado bajo la dirección de las autoridades del Estado Islámico de Irán, en el marco de la Yihad Islámica”. El tribunal también afirmó que el atentado fue perpetrado por terroristas de Hezbolá en respuesta a un plan político y estratégico de Teherán.
El tribunal dictaminó además que Irán había sido responsable del atentado con camión bomba contra la embajada de Israel en Buenos Aires en 1992, en el que murieron 29 personas.
(Algemeiner)