Ben Cohen, cofundador de Ben & Jerry’s, vuelve a generar polémica, esta vez al lanzar personalmente un sorbete con temática palestina después de que, según se informa, la empresa matriz Unilever impidiera que el fabricante de helados con sede en Vermont lo comercializara bajo su marca.
En un video publicado en X, Cohen —vestido con un delantal y rodeado de sandías aplastadas— anunció que estaba preparando un “helado con sabor a sandía que pide la paz permanente en Palestina”, acusando a Unilever y a su filial Magnum Ice Cream Company de “impedir que Ben & Jerry’s cree un sabor para Palestina”.
“Así que estoy haciendo lo que ellos no pudieron”, dijo, mientras machacaba la fruta con las manos.
Las sandías, símbolo tradicional de las protestas antiisraelíes, se han convertido en un símbolo de movilización entre los manifestantes propalestinos, ya que sus colores rojo, verde, negro y blanco coinciden con los de la bandera palestina. La decisión de Cohen de utilizar esta fruta como su “sabor de protesta” generó una reacción inmediata en internet, donde muchos acusaron al magnate de izquierda de convertir un tema geopolítico polémico en una estrategia de marketing.
Esta acción representa la última escalada en la larga disputa entre los fundadores ultraprogresistas de Ben & Jerry’s y su empresa matriz. Las tensiones se remontan a 2021, cuando la compañía anunció que suspendería las ventas en lo que denominó “territorios ocupados por Israel”, una medida ampliamente condenada como discriminatoria. Unilever respondió vendiendo la licencia de Ben & Jerry’s en Israel a un distribuidor local, en un intento por eludir el activismo político de los fundadores.
Desde entonces, Cohen y el cofundador Jerry Greenfield han acusado a Unilever de coartar la libertad de la marca para adoptar posturas de izquierda. En 2024, el consejo de administración independiente de Ben & Jerry’s incluso demandó a Unilever, alegando que había silenciado la defensa que la empresa hacía de los refugiados palestinos. El consejo también afirmó que Unilever destituyó al veterano director ejecutivo David Stever y lo reemplazó por el ejecutivo neerlandés Jochanan Senf sin consultar al consejo, una medida que calificaron como represalia corporativa.
Unilever ha sostenido que Ben & Jerry’s sigue teniendo libertad para defender causas sociales, pero que las declaraciones políticas explícitamente partidistas o incendiarias violan sus políticas de conducta globales.
Durante años, Ben & Jerry’s ha difuminado la línea entre helado y activismo, defendiendo causas de izquierda que van desde la política climática hasta la reforma policial. Pero su tono cada vez más militante respecto a Israel —incluida la reciente incursión de Cohen en el “sorbete de protesta”— ha alienado a amplios sectores de consumidores y ha generado críticas bipartidistas.
















