728 x 90

Parashá Vaiélej: Crecer con alegría

Parashá Vaiélej: Crecer con alegría

Rab Abraham Twerski

3 de octubre de 2019

“Ciento veinte años yo (tengo) hoy, no podré ya salir ni entrar, y Hashem me dijo: ‘No cruzarás este Jordán’” (31:2).

En “Viviendo cada día” yo cité un comentario del Rebe de Gur quien explicó que Moshé vivió sólo con un propósito: hacer las Mitzvot de Boré Olam y elevarse espiritualmente. En este momento de su vida, él había alcanzado el máximo el nivel espiritual posible. Había una sola forma que podría crecer aún más espiritualmente y eso era cumpliendo con las Mitzvot que eran aplicables únicamente en la Tierra Prometida y que no se podrían cumplir en ningún otro lugar. Moshé rogó para que le permitiesen entrar a la Tierra de Israel y así poder cumplir con aquellos preceptos. Cuando su plegaria no fue aceptada y vio que no había otra forma de seguir creciendo en su nivel espiritual, él aceptó su muerte. Para Moshé, una vida sin crecimiento espiritual no vale la pena ser vivida.

Moshé tenía bien claro que la alegría era un componente esencial del Servicio Divino. El advirtió a los israelitas de las consecuencias negativas que podrán recaer en una persona “porque no sirvió a Hahem con alegría” (Devarim 28:47).

Rabi Shimshon Rafael Hirsch destacó que la palabra saméaj (alegre) está relacionada y quizá también sea derivada de la palabra tzoméaj (crecimiento). Una vida vacía de crecimiento espiritual es una vida vacía de alegría.

Hay un mensaje muy importante en la relación entre saméaj y tzoméaj. En el Talmud está escrito que nosotros deberíamos aprender de la naturaleza cómo crecen las langostas.

Las langostas están confinadas dentro de un caparazón rígido. A medida que la langosta crece, el caparazón se va haciendo muy estrecho y opresivo. Entonces la langosta se desprende del mismo y desarrolla otro más espacioso. Cuando sigue creciendo, cada nuevo caparazón eventualmente oprime más y más el cuerpo de la langosta, lo que produce que nuevamente cree uno nuevo de mayor tamaño. El estímulo que le permite a la langosta crecer es la incomodidad que siente cuando su caparazón se vuelve opresivo. Si la langosta no sintiera esa opresión, permanecería siempre pequeña.

El crecimiento es usualmente acompañado por incomodidad. “Cuanta más sabiduría más sufrimiento” (Kohélet 1:18). Está dicho que tzoméaj está relacionado con saméaj. Por lo tanto, puede haber simjá aún cuando uno experimenta incomodidad. Esta es la razón por la que encontramos que nuestros grandes Tzadikim reciben con aceptación los sufrimientos. El crecimiento espiritual está estimulado por la incomodidad más que compensado por el sufrimiento.

Nosotros vivimos en una era donde los avances científicos nos han dado un confort sin precedentes en la vida. La civilización occidental se ha convertido en esencialmente hedonística.

Mientras es perfectamente normal buscar alivio para el dolor, estamos ante el riesgo de rechazar todo tipo de incomodidad, incluyendo aquellas que un estímulo para el crecimiento espiritual. Si evitamos el crecimiento espiritual por la incomodidad que puede acompañarlo, también podríamos estar disminuyendo la simjá verdadera que podríamos adquirir.

En el día de su fallecimiento, Vaiélej Moshé. Moshé progresó. Moshé tenía una última oportunidad para crecer, cumplir con la Mitzvá de dar reproches y bendiciones.

Moshé Rabenu, Moshé nuestro maestro. El nos enseñó y nos continúa enseñando que creciendo y realizándonos es la fuente de la simjá.

Noticias Relacionadas