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Distribución divina

Distribución divina

Rabino Yochanan Zweig

7 de mayo de 2020

“Cuando sieguen la cosecha de su tierra, no finiquitarás la esquina de su campo al segar, y la pizca de tu cosecha no recolectarás; para el pobre y el prosélito las dejarás…” (23:22).

La última parte de la parashá de esta semana trata extensamente el tema de los festivales. En medio del capítulo de las festividades, la Torá introduce las leyes relativas a dejar cultivos para los pobres. Rashi cita el Midrash que pregunta por qué se repiten estas leyes, ya que ya se han discutido en Parashat Kedoshim. Además, ¿por qué estas leyes se repiten específicamente en el medio de la sección sobre los festivales? El Midrash responde que debido a que las festividades eran una época en que el pueblo judío ofrecía ofrendas a Ierushalayim, la Torá enseña que una persona que deja a los pobres “leket” – grano que cae de la cosechadora y “shikeja” – grano que es olvidado por el segador, y “pe’ah” – un rincón del campo que queda para los pobres, se considera que construyó el Beit Hamikdash y ofreció Korbanot dentro de él. ¿Por qué estos dones particulares, leket, shikeja y pe’ah se destacan de entre las muchas formas de caridad? Además, ¿cuál es el significado de la comparación con la construcción del Beit Hamikdash y la presentación de Korbanot

Los comentarios explican que cuando Hashem nos ordenó construir el Mishkán, Él no usó las palabras “yitnú li” – “denme a Mí”, sino “yikjú li” – “tomen en Mi nombre”, porque no podemos dar a Hashem; reconocemos que la riqueza que poseemos es realmente suya, y, por lo tanto, construimos el Mishkán con lo que era suyo. Este concepto es válido para los Korbanot traídos en el Beit Hamikdash también. No “damos” Korbanot a Hashem; más bien, a través del gesto simbólico de traer un Korbán, reconocemos que lo que tenemos es realmente Suyo. 

Casi todas las formas de caridad implican dar a una persona pobre. Esta acción a menudo le proporciona a la persona un sentimiento de magnanimidad y puede sesgar su percepción para que sienta que le está dando lo que le pertenece. Leket, shikeja y pe’ah son formas únicas de caridad en que el propietario no le da nada a los pobres; tiene prohibido recoger el producto involucrado, lo que le impide determinar quién lo recibirá. El propietario tiene la orden de dejar el producto donde está y permitir que cualquier persona necesitada que lo desee lo tome por sí mismo. Este procedimiento trae aparejado el concepto de que el terrateniente no controla la riqueza; más bien, la caridad es simplemente el medio por el cual Hashem distribuye Su riqueza. Cuando una persona cumple estas mitzvot, que son las formas más difíciles de caridad porque excluyen la sensación de satisfacción por haber dado realmente, es como si construyera el Beit Hamikdash y ofreciera Korbanot; la comparación es clara, ya que estas acciones también requieren que una persona comprenda que él es simplemente el conducto a través del cual se cumple la voluntad del Creador.

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