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No te preocupes: ¡Ocúpate!

No te preocupes: ¡Ocúpate!

Alex Corcias

8 de junio de 2020

La preocupación es una de las principales causas de ansiedad en nuestros tiempos. Y sobre todo en la era Covid. El amplio e irrestricto acceso a la información nos facilita muchas vías de aprendizaje, pero conlleva un daño colateral. El estrés, la ansiedad y la preocupación son cada vez más responsables de la insatisfacción y hasta del deterioro de la salud en muchas personas.

Significado literal

La preocupación es una tendencia natural de una persona responsable, sin embargo, pudiera llegar a afectar negativamente sino se sabe dominar. El diccionario define «preocupación» así: «Idea preconcebida que incapacita para pensar rectamente en cierta cosa». O también: «Idea rutinaria sobre la inconveniencia social de ciertas acciones, que coarta la libertad para obrar». En su puro significado, puede verse el efecto negativo que tiene sobre la conciencia de uno y la capacidad de actuar.

Ciertamente uno debe ocuparse de sus asuntos con responsabilidad. Lo que analizamos aquí no es la ocupación sino la preocupación. ¿Es la preocupación una conducta positiva? ¿Es irresponsable alguien despreocupado ante los retos que enfrenta? ¿Cómo estimular la mente para hallar una solución?

El más sabio

El Rey Salomón nos ofrece una clase maestra en inteligencia emocional:

«La preocupación que está en el corazón del hombre, hay que liberarla (יַשְׁחֶנָּה) y algo bueno la alegrará» (Proverbios 12:25). Pongamos atención en que la palabra יַשְׁחֶנָּה tiene dos significados: hablar y liberar. Significa que la preocupación hay que hablarla o liberarla.

Ahora quiero ofrecer 5 consejos prácticos:

1) Despréndete del problema

Rashi enfatiza que la palabra יַשְׁחֶנָּה significa liberar o dejar ir. Curiosamente un problema muchas veces se soluciona cuando uno deja de pensar en él. Si tienes una preocupación, intenta atender otro asunto, cambiar de tema o dar una vuelta. Dejar de pensar en el problema a menudo permite a la mente ofrecer la solución. Uno debe propiciar que la mente subconsciente active sus canales creativos y espontáneos.

2) La preocupación vive en la imaginación

El Rey Salomón habla sobre la preocupación del corazón. No habla sobre un desafío puntual y tangible, sino sobre su efecto interno. Un problema es tan grande como uno se imagine que es. Un problema es tan grave como uno piense que es. Todo depende de la atención y energía que uno le otorgue. Los sentimientos de amenaza y preocupación se crean por la interpretación que le damos a las situaciones. Hay que tomar consciencia de esto e identificar el lugar donde realmente se halla la preocupación: la mente.

3) Elévate a un paradigma mayor

Un conocido dicho de Albert Einstein dice que no se puede resolver un problema con el mismo nivel mental que fue creado. Cuando uno pasa a un nivel mental mayor, el problema no puede sobrevivir. Lo comparo a un peligroso tiburón en una piscina que se queda vacía. Sin agua, el peligro desaparece. Rashi dice sobre el mencionado versículo que uno debe desprenderse de la preocupación y ocuparse en «algo bueno» —la Torá— lo cual alegra el corazón y automáticamente soluciona la preocupación, no hay un paradigma más elevado que ése. Lo bonito es que cuando uno se eleva a un paradigma mayor, los problemas no se resuelven, se disuelven.

4) Atrévete a quitarle poder

Un enfoque fascinante de cómo lidiar con las preocupaciones tiene que ver con la fuerza que uno mismo les da. La preocupación vive en la mente, por lo tanto, allí dentro es donde uno debe aniquilarla. Sorprendentemente nuestros sabios hablan sobre esto. El Metsudat David, Rabi David Altshuler (1687 – 1769), explica que cuando una preocupación llega al corazón, uno debe reducirla y rebajarla de su tamaño, ponerla en contexto para restarle poder y fuerza. Una preocupación puede ser sometida, reducida, disminuida y hasta eliminada por completo en la mente. El R. Altshuler concluye diciendo: y debe uno acumular fuerzas para alegrarse con la preocupación, pues uno debe saber que ésta trae consigo algo bueno. En las prácticas de coaching usamos técnicas para hacer esto lo más tangible posible.  

5) Manifiesta tus sentimientos

Los sabios señalan que la palabra יַשְׁחֶנָּה significa hablar. Sin duda, es una de las ideas más simples y efectivas para lidiar con las preocupaciones. Desahogar los sentimientos representa una forma de alivio inmediato para quien pasa el dolor de la preocupación. Hay varias formas de hablar. Uno puede hablar con un amigo que lo entienda. Uno puede también hablar con un experto o alguien que haya pasado por la misma situación, lo cual sin duda tendrá mucho valor. Finalmente, y no menos importante, existe lo que se llama «conversar con el Creador». En el judaísmo se le da mucho peso al dialogo intimo que una persona debe aprender a desarrollar con Di’s Bendito. Independientemente de la forma que uno elija, hablar siempre significará una fuente de alivio.

6) Desarrolla un estado de confianza

El Ralbag, Rabi Levi ben Guershom (1288 – 1344), cierra su comentario sobre el citado versículo así: «Y así como no es digno que alguien inteligente se preocupe por el pasado, también carece de cordura preocuparse por el futuro. Pues lo adecuado es que el hombre confíe en Di’s Bendito…». Sin duda, la vida está llena de situaciones amenazantes que pueden provocar preocupación, pero la bandera de todo hombre consiente, debe ser la certeza total de que la vida es benevolente y la infinita Sabiduría Divina, siempre, siempre tiende a beneficiarlo.  

En mi nuevo Curso Online: Blindaje Emocional para un Vida con Propósito te enseño herramientas prácticas y muy poderosas para pulverizar la preocupación y vivir con pasión.

Querido lector, te invito a pensar ¿Cuántas preocupaciones están alojadas en tu mente? Intenta reducirlas y someterlas, basado en la confianza absoluta en la benevolencia de Di’s ¡éxito!

Dedicado por Jaime Elgaly en memoria de Hay Ben Bahie z»l.

En memoria de Oro Bat Esther y para la pronta recuperación de Yaacov Ben Sara.

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