17 de junio de 2020

Un escenario aterrador está ocurriendo en Francia en los últimos días en la ciudad de Dijon, con cuatro días consecutivos de guerra de guerrillas entre pandillas chechenas y musulmanas, con fusiles Kalashnikov y otras armas, barras de hierro, disparos y gritos de “Allah Akbar”.

La violencia, aparentemente provocada por un presunto asalto a un adolescente checheno, se centra en el distrito de bajos ingresos de Grésilles, que tiene una gran población musulmana. Se incendió automóviles, lincharon a un oficial de policía, más de una docena de heridos y, a pesar de los cientos de policías antidisturbios desplegados, no se ha realizado ningún arresto.

Meyer Habib, un miembro judío del Parlamento francés, escribió en las redes sociales: “Después de los estallidos antisemitas cuando gritaron: ¡Judíos sucios!”, estas imágenes reflejan una dura realidad en Francia de 2020. ¿Y qué estamos haciendo? ¡Nada!”

“Además, la extrema izquierda quiere desmantelar la policía. En lugar de suspender nuestras fuerzas policiales, “los sospechosos de racismo”, sería mejor invertir nuestros medios para hacer cumplir el orden. Es un mundo al revés. La República está cayendo. Me duele Francia y me temo que es demasiado tarde.