14 de julio de 2020

Foto: Issac Maimon

Harav Shomo Levinstein habló en Motzei Shabat antes del shiur semanal de Harav Yitzchak Yosef, que tiene lugar todas las semanas en Yerushalayim, y contó una increíble historia sobre un judío estadounidense que denigró a HaRav Ovadia Yosef hace 30 años un Purim cuando estaba intoxicado.

“Recibí una carta de América la semana pasada de mi amigo Harav Ben-Tzion Sneh de Monsey”, comenzó Harav Levenstein. “Me envió una carta que recibió de alguien que padecía una terrible enfermedad intestinal hasta el punto de desmayarse por el dolor. Incluso los médicos no pudieron explicarlo y no hubo hallazgos médicos. Llegó a un punto de estar en un estado emocional preocupante”.

“Hizo una boda para uno de sus hijos antes de Purim el año pasado y le preocupaba sufrir un ataque de dolor en medio de la boda. Efectivamente, tuvo un ataque durante el Kabbalat Panim y tuvieron que alejarlo de la jupá durante una hora hasta que pudiera ponerse de pie. En la jupá, le gritó a Hashem: ‘Ribbono Shel Olam, ¿qué quieres de mí? ¡Dime!'”

“Unos días después, en Purim, se animó antes de irse a dormir que en el zejut de Mordejai y Esther y la gran salvación que ocurrió en Purim, Hashem debería decirle lo que quiere de él”.

“Esa noche soñó que la palabra ‘מעיים’ (intestinos) es el acrónimo de ‘Maran Ovadia Yosef Majeh Timjeh ‘. El sueño lo trajo de vuelta 30 años antes cuando pertenecía a una secta extrema que se opone al sionismo. Había ido a Eretz Israel para aprender y estaba rodeado de amigos con puntos de vista similares y estridentes sobre el sionismo. Cuando llegó Purim, bebieron y bailaron, y cuando estaban bastante borrachos, cantaron la canción: ‘Majeh Timjeh et zéjer Amalek ‘ y en lugar del nombre Amalek, rajmana litztlan, dijeron el nombre de Maran”.

“Cuando el hombre se despertó por la mañana, se sintió extremadamente perturbado, aunque no pudo recordar el incidente. Llamó a uno de sus Rabanim para averiguar qué hacer. El Rav le indicó que fuera al kéver (sepultura) con diez hombres, como dice la halajá, y que pida mejilá.

“Sin embargo, debido al coronavirus, el hombre no pudo venir a Israel, por lo que el Rav le dijo que pagara a diez hombres para que rezaran por él. Mientras tanto, el hombre se conectó a la tefillah por teléfono. Se quitó los zapatos, se sentó en el suelo y, acompañado de abundantes llantos, pidió mejilá (perdón).

“El Rav también le ordenó que comprara los sefarim (libros) de Rav Ovadia para shuls y batei midrashim donde fuera necesario y cuando la gente los aprendiera, sería un kapará (expiación) para él”.

El Rishón L’Tzion Hagaón Rav Itzjak Yosef comentó sobre la historia al comienzo de su shiur: “Esta es una historia maravillosa. Vemos que Hakadosh Baruch Hu es Erej Apayim. Esperó 30 años para que el hombre hiciera teshuvá. Cuando no hizo teshuvá tuvo dolores terribles hasta que pidió mejilá y todo pasó”.

“Cuán cuidadosos debemos ser con respecto a Kavod Jajamim (honrar a los sabios). No hay curación para alguien que denigra a un Talmid Jajam. Qué horrible que haya un joleh (enfermo) y no haya curación para él. Debemos ser extremadamente cuidadosos en estos asuntos”.

(YWN)