Sivan Rahav Meir
Crédito de la foto: Radio Sefarad
Hoy en la noche se cumplirán 210 años del fallecimiento de Rabi Najman de Breslav.
Hay tanto por aprender de él ahora: sobre la alegría, la simpleza, la renovación, sobre la responsabilidad mutua y también sobre la forma de enfrentarse a nuestro miedo frente al pasado y al futuro.
Rabi Najman nos explica, en sus palabras, “una gran regla” (clal gadol): el concentrarse en el presente. Sea en asuntos de sustento, así como en asuntos espirituales, no hay que dedicarse demasiado sobre el pasado o el futuro, sino más bien enfrentarse con aquello que debemos hacer aquí y ahora.
La esencia del tiempo, para el hombre, es solo el instante en el cual él se encuentra, ya que el pasado ya pasó y ya no existe; y el futuro, quién sabe que será y que traerá. Lo único que nos queda es este momento.
Lo esencial es el momento en el cual nos encontramos ahora y tener el mérito de encontrar el bien verdadero que existe en cada momento.
Nuestra percepción del tiempo nos pesa y Rabi Najman nos recomienda cambiar esta percepción: es una lástima cargar sobre nuestras espaldas aquello que ha pasado y todo aquello que quizás sucederá. Hay que concentrarse sólo en lo que se encuentra frente a nosotros ahora y entender que es posible, una vez más, volver a empezar desde el principio.
El escribe que, si nos estuviéramos siempre en la realidad presente, en este instante, sin las miles de preocupaciones, miedos y distracciones, nos sería más fácil concentrarnos en el bien verdadero que se encuentra en cada instante. Entonces, ¿cuándo empezamos? Desde ahora.