728 x 90

Lo que el mundo ve en Gaza

Lo que el mundo ve en Gaza

Paul Gherkin

Foto: El fuego y el humo se elevan tras un ataque aéreo israelí en la Franja de Gaza, el 9 de octubre de 2023. Crédito de la foto: Atia Mohammed / Flash 90.

El mundo ve Gaza a través de una compasión cuidadosamente seleccionada -colinas de humo de misiles, niños heridos, edificios derruidos-, proyectada por los medios de comunicación y las Naciones Unidas. Los titulares gritan “asedio” y “ocupación”, y las imágenes están cuidadosamente encuadradas para provocar lágrimas, no preguntas. Para ellos, Gaza es una tragedia.

¿Pero los israelíes? Ellos ven algo muy diferente.

Ven un enclave terrorista . Una sociedad gobernada por Hamás -no solo tolerada, sino elegida- con una carta que incita al genocidio contra los judíos. Ven a vecinos que les han disparado más de 30.000 cohetes desde que Israel abandonó Gaza en 2005, y que utilizaron la ayuda humanitaria para cavar túneles terroristas y almacenar armas .

Los israelíes están atormentados por el 7 de octubre de 2023, el día en que 1200 de sus compatriotas fueron masacrados. Quemados vivos. Disparados en sus casas. Violados delante de sus familias. Y recuerdan lo que vino después: las encuestas mostraban que el 75% de los gazatíes apoyaban la masacre. La popularidad de otros grupos terroristas árabes palestinos también se disparó, como la Yihad Islámica, la Brigada Al-Aqsa y Al Qassam. No se trataba de una célula radical marginal la que cometió el vil pogromo; era la aprobación pública de un asesinato en masa. Fue la materialización de su anhelo de atacar a civiles judíos dentro de Israel desde el año 2000.

También ven algo más profundo: tres cuartas partes de los gazatíes se consideran “refugiados” y viven en hogares temporales. No por el desplazamiento a causa de esta guerra, sino porque creen que tienen derecho a un hogar dentro de Israel. No ven a Gaza como su futuro; ven a Tel Aviv.

Para las Naciones Unidas, Gaza es una obra moral donde Israel siempre es el villano. Ven a Gaza no como un fracaso del liderazgo palestino, ni como una sociedad secuestrada por la yihad, sino como una tragedia creada enteramente por Israel. ¿Por qué? Porque Israel no permite que estos “refugiados” se muden a las casas de judíos israelíes, las mismas casas a las que huyeron sus abuelos en 1948 después de que cinco ejércitos árabes atacaran el nuevo Estado judío.

El mundo ha condenado a Israel por responder de forma desproporcionada a la masacre del 7 de octubre. La ONU consideró los contraataques israelíes como crímenes de guerra, no como una medida defensiva. Ignoró la masacre de niños israelíes y se centró en la escasez de combustible en Gaza. Acusó a Israel de hambruna, ignorando los camiones de ayuda que el propio Israel dejó entrar, incluso mientras sus soldados estaban bajo fuego enemigo. Apenas habló de los rehenes israelíes retenidos en túneles por Hamás, considerándolos colaterales de la continua “Nakba” israelí.

El mundo árabe y musulmán no se deja engañar, pero no ayuda. No ven a los gazatíes como hermanos y hermanas que necesitan refugio. Los ven como palestinos: un arma política distinta y útil. Si los gazatíes fueran sirios, ya los habrían acogido. Pero no es así. Se les deja pudrir: una herramienta a largo plazo para debilitar y deslegitimar al Estado judío.

Incluso en Estados Unidos, Gaza se ha convertido en una especie de test de Rorschach geopolítico. Líderes como Donald Trump y Jared Kushner ven una oportunidad: propiedades inmobiliarias frente al mar con el potencial de convertirse en el Singapur de Oriente Medio. Una futura riviera. Pero ese futuro depende de un cambio de mentalidad, una que durante décadas ha estado más obsesionada con destruir Israel que con construir Gaza.

Porque esta es la realidad: Gaza podría haber sido Dubái. Contaba con el respaldo de la comunidad internacional, miles de millones en ayuda y la oportunidad de trazar su propio camino. En cambio, eligió la yihad. Eligió el odio. Eligió el martirio a la medicina, los túneles a la tecnología, el adoctrinamiento a la innovación.

El mundo ve escombros. Muerte. Tragedia. No para ambos bandos; para los palestinos.

No pueden ver a los rehenes israelíes a través de sus nubladas lentes morales. No ven a los padres judíos que aún esperan a sus hijos. No ven las décadas de moderación que ejerció Israel antes de finalmente decir “¡basta!”. Están atrapados en un pantano de empatía y han bautizado mentalmente a los gazatíes como mártires en lugar de yihadistas genocidas.

El Sur Global ve a Gaza no sólo como un foco de tensión, sino como un peón en un juego mayor. La narrativa no se limita a la “liberación”, sino a la “redistribución”. Desde las conversaciones de paz hasta la lucha de clases. Para ellos, Israel es solo la primera ficha de dominó en el derrocamiento del orden mundial liderado por Occidente.

Gaza ya no es sólo un problema local. Es global. Es ideológico. Y para los israelíes, hay muchísimo en juego.

En este contexto de diversidad de perspectivas, del 17 al 20 de junio se celebrará una conferencia internacional en la sede de la ONU en Nueva York, copresidida por Francia y Arabia Saudí. El Norte Global se unirá al Sur Global para buscar soluciones a corto y largo plazo al conflicto árabe-israelí de 100 años de duración.

En este Coliseo, la Asamblea General actúa como una multitud indisciplinada que busca la tortura del Estado judío, mientras que el Consejo de Seguridad actúa como un césar con la pluma para redactar el derecho internacional. ¿Estados Unidos protegerá a Israel en dicho foro tras la visita de Trump al Golfo? ¿Intentará Trump negociar la derogación de la Resolución 2334 del Consejo de Seguridad de la ONU para que Israel acepte medidas a corto y largo plazo hacia un divorcio permanente entre los judíos locales y los árabes?

Israel hizo la vista gorda ante el ataque del 7 de octubre. ¿Ve lo que el mundo ve ahora en Gaza y las posturas que se están orquestando para la conferencia de la ONU de junio? ¿Acaso el ciego Sansón moderno derribará la casa si solo escucha los llamados a su desaparición y no ve un camino para vivir en paz?

Noticias Relacionadas