Sivan Rahav Meir

1. En medio todo lo que ocurre, las festividades son un ancla que nos fortalece. Y esta noche comienza la festividad de Sucot 5786. Entramos por una semana en una casa nueva y sagrada: la Sucá. Nos recuerda las cabañas en las que vivieron nuestros antepasados ​​durante la gran travesía desde Egipto a la Tierra de Israel. Hoy se encienden las velas para la festividad (las bendiciones son “Lehadlik ner shel Yom Tov” y “Shehejeyanu”), se hace un Kidush especial, se celebra una comida festiva y rezamos una bendición por sentarnos en la Sucá.

2. Mañana, martes por la mañana, comenzaremos a cumplir el mandamiento de Arbaat HaMinim- las cuatro especies. Tomaremos juntos el etrog (la sidra), el hadas (el mirto), el lulav (la rama de palmera) y la aravá (el sauce) y recitaremos la bendición todos los días de Sucot (excepto en Shabat). Hay un gran significado en esta conexión entre las cuatro especies, que simbolizan todos los tipos de judíos y también todas las partes de nuestra alma.

3. La Fiesta de Sucot es llamada “el tiempo de nuestra alegría”. Es la única festividad sobre la cual la Torá dice “y te alegrarás en tu fiesta”. Es una verdadera mitzvá regocijarse en ella. Añadimos muchos rezos a la oración, incluyendo el “Hallel”, que consiste en capítulos festivos de los Salmos. Hay muchas otras costumbres. Por ejemplo, Simjat Beit Hashoevá (eventos de alegría y música que tienen lugar a cada noche, en memoria de la gran alegría que había en el Templo durante estos días). Que este año logremos absorber la alegría de esta festividad, y que esté llena de buenas noticias.

4. En cada uno de los siete días de fiesta de Sucot recibimos en nuestra sucá la visita de uno de los siete “Ushpizin”- la visita de un invitado espiritual: Abraham, Itzjak y Yaakov, Yosef – el justo, Moshé Rabeinu, Aarón HaCohen y el rey David. Hay un texto especial que se dice al invitar al “Ushpiz” de ese día, y hay quienes estudian sobre el invitado que “llegará” en aquel día. En este día nos unimos con el mensaje que nos trae este invitado, con su cualidad especial, con el contenido espiritual que nos inculcó. Por ejemplo, de Abraham, nuestro Patriarca, que nos visita esta noche, recibimos de él la fe y el coraje para mantenerla ante el mundo entero, recibimos la gracia y la hospitalidad, la capacidad de influenciar a los demás de manera positiva y mucho más.

5. Sucot no es sólo una festividad para niños. Esta festividad contiene mensajes muy profundos. El rabino Yonatan Sachs escribió: “La festividad de Sucot nos recuerda que no tenemos que vivir en un palacio para ser felices. La sucá, esta pequeña cabaña, llena de sencillez y humildad, se revela durante la festividad como mucho más hermosa que todas las magníficas casas de piedra. Sucot es un seminario de una semana que nos enseña sobre la alegría verdadera”.

¡Feliz Sucot!