23 de junio de 2019

Cuando el ciclo Daf Yomi de hace tres ciclos concluyó, en Elul 5757 (1997), el alcance de las celebraciones mundiales del siguiente Siyum era impensable.

Aun así, las marcas del crecimiento exponencial de Daf Yomi ya se podían ver claramente. En una escala sin precedentes en ese momento, tanto el Madison Square Garden como el Nassau Coliseum en Nueva York, además de ubicaciones satelitales en todo el mundo, se llenaron de celebrantes del 10º Siyum Hashas de Daf Yomi de The Agudah.

El legendario Rosh Yeshivá de Torah Vadaath, HaRav Avrohom Hacohein Pam zt “l, fue honrado con el hatalá (comienzo) del nuevo ciclo Daf Yomi. “¿Puede uno realmente evaluar cuánto se gana al completar Daf Yomi?”, exclamó el Rosh Yeshivá, citando al Gaón de Vlina zt “l, de que cada palabra de la Torá es una Mitzvá por sí sola. Haciendo innumerables de estas preciosos Mitzvot, a diario, durante siete años y medio, se ilumina la Neshamá, la familia y el entorno del aprendiz de Daf Yomi.

Después del Siyum, HaRav Pam entregó un shiur sobre el comienzo de Masejet Berachot a la que fue, por mucho, la audiencia más grande de cualquier shiur en su vida. El Rosh Yeshivá notó que, si uno aprende “el Daf” por la mañana o por la noche, sus efectos sagrados positivos están ahí durante todo el período de 24 horas, día tras día: “Incluso en la oficina, tiene un sentimiento diferente: es un ¡Lomed Torá!