23 de agosto de 2019
“No traerás abominación dentro de tu casa” (7:26)
La Torá instruye a los israelitas a destruir las imágenes de adoración de oro y la plata que encuentren en su camino cuando entren a la tierra de Canaan. Los ídolos y sus objetos de adoración son jerem (prohibidos) y cualquier persona que los poseyera en forma similar sería prohibida.
Sforno comenta que la posesión de objetos utilizados en el rito pagano traerá la ruina sobre todas sus posesiones.
El Talmud establece que si una persona tiene un ataque o arrebato de rabia es el equivalente a la adoración de ídolos (Shabat 105b). Aquella restricción, por lo tanto, aplica también a la rabia. La rabia es una abominación. No la traigas dentro de tu hogar.
Cuando los estudiantes de Rabi Zeira le preguntaron a qué atribuía su longevidad, el dijo: “Yo nunca expresé enojo en mi casa” (Meguilá 28). Puede ser necesarios a veces reprender o regañar a alguien por equivocarse, y esto puede aparentar una actitud de enojo. Pero esto sólo debe ser en apariencia más que un comportamiento nervioso e irritado.
Los comentarios de Sforno aplican tanto a rabia como a idolatría. La rabia nunca es una conducta constructiva sino ruinosa. El Talmud dice que la rabia priva a la persona sabia de sabiduría y al profeta de profecía. “Todas las fuerzas del infierno dominan a la persona que tiene rabia” (Nedarim 22a). ¿Qué podría ser más ruinoso? La rabia es tan perniciosa que en tres ocasiones distorsionó el buen juicio de Moshé y, de acuerdo con el Rambam, fue la trasgresión que resultó en que Moshé no fuera permitido a entrar en la Tierra Prometida.
“Las palabras del sabio son escuchadas porque son dichas en calma”. Una persona puede pensar que los objetos de adoración del oro y la plata son valiosos y pueden enriquecerlo. Prácticamente lo contrario. Alguien podría pensar que gritar produce obediencia. En verdad, lo contrario. Aun cuando pueden producir adhesión momentánea, puede terminar colocando al oyente contra la persona rabiosa.
No hay nada más preciosos que la vida. R’Zeira nos enseña que podemos perseverar y alargar nuestra vida evitando caer en ataques de ira.