Ben-Dror Yemini
6 de diciembre de 2019
Tras meses de debates públicos y agotadoras batallas entre bastidores, la Asamblea Nacional de Francia tomó una decisión dramática y adoptó la definición de trabajo del antisemitismo que afirma que el antisionismo es antisemitismo.
Esta definición no prohíbe la crítica a Israel, como afirman quienes se oponen a ella. La resolución aprobada el miércoles en Francia fue precedida por resoluciones similares en el Parlamento Europeo y en el Bundestag alemán.
Contrariamente a decisiones anteriores, la decisión de la Asamblea fue precedida por un amplio debate público y campañas de entidades que reciben financiación del Movimiento contra el Boicot, la Desinversión y las Sanciones de Israel (BDS).
También han participado organizaciones que se oponen al antisemitismo, como el Ministerio de Asuntos Estratégicos, el Ministerio de Asuntos Exteriores, organismos locales en Francia y otros.
Revelación total – También fui invitado a las conferencias y debates que condujeron a la decisión de la Asamblea Nacional sobre la resolución.
Un día antes de que se aprobara la resolución, 127 judíos, entre ellos varios israelíes, publicaron una carta abierta en el diario francés Le Monde en la que se oponían a la decisión. No fue de mucha ayuda.
De los 577 miembros de la asamblea, 154 votaron a favor de la adopción de la definición y 74 en contra.
La decisión es puramente declarativa. La resistencia al derecho de los judíos a la autodeterminación continuará y lo más probable es que también haya algunos judíos dirigiéndola.
La verdad no siempre gana, pero esta vez en la Asamblea Nacional Francesa,
aunque sea esencialmente un movimiento simbólico, tiene gran importancia porque el problema principal es la financiación que la Unión Europea y países como Alemania y Francia dan a las organizaciones que apoyan a BDS.
Esta decisión en Francia dará poder a quienes se oponen a dicha financiación.
Esta campaña racista y antisionista es un problema para Europa y Francia porque está dirigida por la coalición rojiverde de los islamistas y la izquierda radical.
Esta coalición, que domina los círculos académicos y mediáticos, es una de las principales causas de la radicalización del islam, que en última instancia perjudica a los propios europeos.
Cuando se presenta a Israel como un monstruo, como un Estado de apartheid, como un perpetrador de genocidio, hay musulmanes que creen estas mentiras. Expresan su rabia en Francia y culpan a las autoridades francesas por cooperar con lo que creen que es un monstruo.
Esta nueva definición de antisemitismo deja claro que, así como la demonización de los judíos es antisemitismo, también lo es la demonización de Israel o su comparación con los nazis. Esto es exactamente lo que hacen los que se oponen a la resolución.
No se trata de la libertad de expresión, como afirman, sino sobre todo de difundir mentiras y de insultar a cualquiera que intente refutarlas. Esto es exactamente lo que hacen todos estos promotores de boicot.
La primera fase ha tenido éxito en Francia, pero la batalla más importante es la de la opinión pública europea y el cese de la financiación de las entidades implicadas en esta campaña de demonización.
Fuente: Ynet News / Traducción de Noticias de Israel