Rab Abraham Twerski

13 de diciembre de 2019

La Torá dice que Iaacob tenía miedo de Esav, a pesar de que Hashem le había prometido: “Estaré contigo y te protegeré”. Esa promesa se la dio cuando acababa de salir de la casa de Itzjak y Rivka, y estaba bajo su influencia. Ahora, sin embargo, él había estado con el malvado Labán durante veinte años, y Iaacob estaba preocupado de que pudiera haber sido influenciado por las formas pecaminosas de Labán y ya no merecía la protección de Hashem.

Siempre debemos estar alertas de que estamos sujetos a la influencia de nuestro entorno. Podemos sentirnos seguros cuando asistimos regularmente a las reuniones con las que estamos familiarizados. Pero si vamos a otro lugar, ya sea por negocios o vacaciones, es posible que no tengamos la protección a la que estábamos acostumbrados.

El enemigo es astuto, desconcertante y poderoso, siempre buscando un punto débil en nuestras defensas. Cuando dejamos un entorno seguro, debemos aumentar nuestras defensas.