Foto: Arabes israelíes protestan contra la violencia árabe y el crimen organizado en sus comunidades, el 22 de octubre de 2021.
Un acalorado debate en el Comité de Control Estatal de la Knesset el miércoles reveló un marcado aumento de la violencia dentro de las comunidades árabes, lo que provocó duras críticas al manejo del tema por parte del gobierno.
El diputado Mickey Levy, presidente del comité y miembro del partido de centroizquierda Yesh Atid, presentó cifras que demuestran que “la violencia en la sociedad árabe está batiendo récords”. Levy acusó al gobierno de inacción, afirmando: “Cuando no se implementa la política, el Primer Ministro y el Ministro de Seguridad Nacional son responsables de los terribles resultados y de la delincuencia en la sociedad árabe”.
El debate se centró en el aparente fracaso de la aplicación de aspectos clave de un plan quinquenal, conocido como Resolución Gubernamental 549, destinado a combatir la violencia y el crimen en la sociedad árabe. Yoav Segalovitz, ex viceministro de Seguridad Pública, señaló que el presupuesto del plan se había reducido en un 15%, argumentando que “no se puede luchar contra el crimen sin la cooperación civil con los jefes de las autoridades locales, los miembros de la Knesset, las asociaciones y las organizaciones”.
Los legisladores árabes se sumaron a las críticas. Ayman Odeh, del partido Hadash-Ta’al, hizo la sorprendente afirmación de que “la policía israelí es un fracaso mayor que la policía palestina”, citando las menores tasas de homicidios en la Autoridad Palestina.
Los funcionarios del gobierno defendieron sus esfuerzos. Malachi Chisdai, de la Oficina del Primer Ministro, restó importancia al recorte presupuestario, afirmando que se había implementado el 79% de los 960 millones de NIS asignados (unos 260 millones de dólares).
Inbal Duek, del Ministerio de Seguridad Nacional, afirmó que los presupuestos policiales se mantuvieron intactos y que la dotación de personal en las comisarías árabes se acercaba al 90%.
Sin embargo, el comandante de la policía israelí, Shmulik Sharvit, reconoció la gravedad de la situación. “No se puede negar que los resultados no son buenos”, dijo, aunque también destacó algunos logros, como la detención de siete importantes jefes del crimen organizado y la prevención de 47 intentos de asesinato en el último año.
El debate puso de relieve los complejos desafíos que enfrenta Israel para abordar la delincuencia en sus comunidades árabes, que representan alrededor del 20% de la población del país. También reflejó tensiones más amplias entre el gobierno y los ciudadanos árabes, que desde hace tiempo se quejan de discriminación y abandono.
Mientras el comité pedía una acción inmediata por parte del gobierno, el debate puso de manifiesto la urgente necesidad de adoptar un enfoque integral y eficaz ante un problema que amenaza la estructura de la sociedad israelí.