El Comité de Seguridad Nacional de la Knéset ha impulsado un controvertido proyecto de ley que abre la puerta a la pena de muerte para terroristas. El enviado especial del gobierno para asuntos de rehenes, Gal Hirsch, reveló que el primer ministro Benjamín Netanyahu apoya la medida. Según informes de la prensa hebrea, el proyecto de ley podría ser sometido a su primera lectura en el pleno de la Knéset este mismo miércoles.

Según la propuesta, los tribunales israelíes estarían facultados para imponer la pena de muerte a quienes sean declarados culpables de cometer un asesinato por motivos nacionalistas contra un ciudadano israelí. Sin embargo, la medida excluye explícitamente a los israelíes que maten a palestinos, una disposición que ha suscitado críticas por parte de legisladores de la oposición y expertos legales, quienes advierten que podría exacerbar aún más las tensiones y erosionar las normas judiciales.

El ministro de Seguridad Nacional, Itamar Ben Gvir, uno de los principales impulsores de la legislación y líder del partido de extrema derecha Otzma Yehudit, elogió a Netanyahu por respaldar el proyecto de ley, pero exigió un enfoque aún más severo, insistiendo en que los jueces no deberían tener discreción a la hora de imponer la pena de muerte.

“Agradezco al primer ministro su apoyo al proyecto de ley de Otzma Yehudit sobre la pena de muerte para terroristas, pero el tribunal no debe tener discrecionalidad alguna: todo terrorista que salga a matar debe saber que se le impondrá la pena capital. ¡Es hora de que se haga justicia!”, escribió Ben Gvir en X.

Los críticos advierten que, de aprobarse, la legislación podría aislar a Israel internacionalmente y socavar la integridad de su sistema judicial. Sus defensores, en cambio, argumentan que se trata de una medida disuasoria largamente esperada y un imperativo moral ante el terrorismo implacable.