Sivan Rahav Meir
Esta historia parece ser una leyenda, pero sucedió en realidad. Esto fue lo que contó Julie Ben Zeev del Moshav Beit Jilkia:
“Hace más o menos un mes y medio me llamó por teléfono un señor muy agradable que estaba interesado en alquilar nuestro tzimmer (casa de campo) en el Moshav. Explicó que a causa del coronavirus, su familia no había podido festejar el Bat Mitzvá de su hija y ahora ellos estaban organizando un Shabat familiar. Él fue especialmente gentil y amable.
Algunos días después, en Lag BaOmer, el jueves en la noche, ocurrió la tragedia de Meiron. El domingo en la mañana me llamó por teléfono una señora y preguntó si su esposo había llegado a algún acuerdo conmigo en relación con la casa de campo para el próximo sábado.
Ella dijo que le era importante que yo no perdiera la oportunidad de alquilar la casa a otros interesados, o sea, que no tuviera alguna perdida monetaria ya que ellos no podrían venir en este próximo Shabat. Le pregunte por qué y ella contestó que su esposo, el Rav Eleazar Gafner está en el Cielo, que había fallecido en Meiron. Me quedé impactada. Que señora increíble. Lloramos juntas en el teléfono, hablamos durante casi una hora. Le conté sobre la buena impresión que me había dejado su marido y cuán importante le había sido a él la organización de este Shabat.
Yo soy maestra de inglés. Este mismo día no conseguí enseñar inglés. Toda la clase escribió a la Sra. Gafner palabras de aliento y consuelo y fui a la Shivá para darle todas las cartas. Le dije que normalmente, inclusive cuando estamos frente al dolor, no somos tan sensibles en relación con el otro, pero de ella había aprendido que inclusive en momentos de dolor más grande es posible tomar en cuenta al prójimo.
Ahora, al pasar los treinta días de duelo, le pedí permiso de llevar a cabo el evento de Bat Mitzvá. Me alegré en darle la casa de campo sin costo alguno y muchas personas se sumaron a la celebración del Bat Mitzvá con regalos, atracciones y comida.
En este último Shabat sentí algo especial en el ambiente. Aprendí también una lección sobre las buenas cualidades, y hasta cierto punto cumplí con aquello que el Rav Eleazar Gafner Z”L me había pedido.”