728 x 90

¿Por qué la Hagadá repite la palabra “Ejad” cuando habla de los cuatro hijos?

¿Por qué la Hagadá repite la palabra “Ejad” cuando habla de los cuatro hijos?

Rab Elimélej Biderman

Hay una profunda lección aquí, un mensaje para los padres que desean comunicarse con sus hijos, independientemente de la clase de niño que se trate. No hace diferencia si el niño es inteligente o malvado, simple o sofisticado; si tienes la esperanza de llegar a ellos, entonces ellos deben ser vistos como “Ejad”, el único.

Jazal (Sifrí, Va’etjanan) ve una referencia a la enseñanza a los alumnos en las palabras “Veshinantán Lebaneja” – “Y les enseñarás a tus hijos” (Devarim 6:7) – “Elu HaTalmidim” – “Éstos son los alumnos”.

El Brisker Rav explicó que la Torá está enseñando a los maestros de Klal Israel cómo abordar su misión sagrada. Si alguien le pregunta a un docente de 25 alumnos quién es su Talmid -alumno- favorito, la respuesta más frecuente es aquel estudiante a quien es más satisfactorio enseñar, aquél que presta más atención, se comporta perfectamente y formula estimulantes preguntas.

Si se le pide a los padres una respuesta honesta acerca de qué hijo ocupa mayor lugar en su corazón, responderán que es aquél que lucha más, que transita por momentos más difíciles, porque sus Tefilot, sus pensamientos, y sus sueños están casi siempre enfocados en ese niño.

La Torá le dice a los educadores que si desean tener éxito con sus alumnos, entonces deben verlos como sus propios hijos, con su foco y atención en aquellos que les cuesta y se esfuerzan más.

Éste es el mensaje del Baal Hagadá aquí también. Ejad – mira a cada niño como aquél que llena tu corazón, observa a él o a ella como el foco de tu atención, y tendrás éxito es entenderlos y allegarte a ellos.

Imagínense una persona que intenta abrir una puerta cerrada con candado, buscando entre las llaves de su aro metálico y probando una por una. Ninguna entra bien y, con un sentimiento de frustración, empieza a darle golpes a la puerta, esperando derribarla. Un observador de la situación señala que todavía hay algunas llaves que aún no han sido probadas, pero la persona está demasiado enojada y malhumorada para escuchar.

Él continúa golpeando, ignorando el hecho que la llave que necesita probablemente está en su bolsillo, esperando ser usada.

Cada uno de los niños tiene una llave que es justo para él, y a los padres se les ha dado esa llave. Puede ser que ellos no se den cuenta de eso y a veces tengan que probar con otras llaves hasta que encuentran la correcta, pero está ahí, la tienen.

Ejad Jajam y Ejad Rashá, Ejad Tam y Ejad She’einó Iodea Lishol. Cada uno tiene una cerradura diferente y requiere una llave distinta, pero si Hashem te dio al niño, ¡entonces también te dio la llave!

Noticias Relacionadas