Rab Abraham Twerski
19 de diciembre de 2019
Janucá es celebrada con espíritu festivo. ¿Qué tiene de especial Janucá que recibe un tratamiento con tanto regocijo y alegría?
Aunque el milagro del aceite es importante, la resonante victoria militar, donde un puñado de guerreros vencieron al fuerte ejército sirio griego y restablecieron la independencia de Israel, parecería tener al menos una trascendencia similar al milagro del aceite. Aún así la victoria militar es sólo mencionada como un agregado a la Amidá, por cuanto el milagro del aceite es el que prevalece en la festividad. La enorme variedad de hermosos candelabros de Janucá indica la extraordinaria importancia del milagro del aceite en el judaísmo.
¿Por qué?
Rab Abraham Pam trae otra pregunta interesante. De acuerdo, existió un milagro que un frasco pequeño conteniendo aceite se mantuvo encendido por ocho días. Sin embargo, el Talmud dice que hubo diez milagros que ocurrían regularmente en el Templo (Ética de los Padres 5:7). Ninguno de ellos es conmemorado. ¿Qué tiene de especial el milagro del aceite?
Rab Pam cita la halajá que para rituales comunitarios, la prohibición contra la Tumá (impureza ritual) puede ser perdonada. Algunos comentaristas, en consecuencia, preguntan por qué hubo necesidad de un milagro después de todo. Estaba permitido encender la Menorá aun con un aceite con impureza ritual.
El P’nei Yeoshúa contesta que precisamente porque era permitido usar aceite impuro, el milagro demostró la intensidad del amor de Di’s hacia Israel, que la Menorá iluminó el Templo por ocho días sólo con un frasco de aceite puro. No había ningún otro propósito para este milagro que no fuera mostrar el amor de Hashem por Israel.
Rab Pam advierte que varios judíos en aquel tiempo habían caído influenciados por la cultura helénica, y que retornaron a la observancia de la Torá con el triunfo de los Macabeos. El señala que cuando una pareja se reconcilia después de una separación, el vínculo en general se desarrolla en forma pacífica, pero la calidad del amor que originalmente sentían el uno por el otro raramente se restablece.
No es así cuando los Iehudim hacen Teshuvá. Rambam dice que, aunque una persona que cometió una trasgresión se distancia del Creador, una vez que hace Teshuvá él se acerca, amado y querido para Hashem. No se trata de que Hashem “tolera” al Baal Teshuvá, sino que El lo ama como si fuera el más grande Tzadik. Como dice el profeta: “Yo voy a recordar el amor y bondad de tu juventud, cuando Me seguiste en el desierto, en una tierra estéril” (Irmyahu 2:2). El amor de antaño está completamente restablecido.
Este es el significado del milagro del aceite. Nos enseña que con una verdadera Teshuvá nuestro vínculo con Hashem es restablecido, como si nunca hubiésemos pecado.
Este también es el mensaje de Yosef y sus hermanos. Yosef no sólo los perdonó y suprimió todo resentimiento por el trato abusivo que tuvieron con él. Por el contrario, él los amó y los cuidó como si hada hubiera pasado, diciéndoles que él siente hacia ellos lo mismo que hacia Biniamín, quien no estuvo involucrado en su secuestro (Rashi, Bereshit 45:12).
La celebración de Janucá es, en consecuencia, más que la conmemoración de un milagro. Nosotros tenemos que emular los atributos Divinos (Shabat 133b). Así como cuando Hashem perdona, su amor se restablece completamente, así nosotros debemos ser capaces de restablecer el amor de uno hacia el otro cuando superamos nuestras diferencias.
Mientras contemplamos las velas de Janucá, pensemos de la luz que representan: El brillo luminoso del amor que es completamente restablecido (Atarah LeMelej p. 189).