Rab David Zaed

24 de marzo de 2020

El Shabat anterior a la Festividad de Purim, se lee, en el primer Séfer Torá, la Perashá de la Semana (en este año, la Perashá Tetzavé), y en el segundo Séfer Torá, la “Perashat Zajor”. La lectura de “Perashat Zajor” es considerada una de las seiscientas trece Mitzvot de la Torá, por lo que todos los hombres deben asistir al Bet Hakenéset a escucharla. Según algunas opiniones Rabínicas, también la mujer está obligada a escuchar “Perashat Zajor”, por lo que debe de hacer todo lo posible para cumplir esta Mitzvá (ver sección Halajot).

Es importante tener conocimiento del contenido de los Pesukim de esta Perashá.

En el párrafo de la Torá que se da Lectura en “Shabat Zajor”, está escrito: “Recuerda lo que te hizo (el pueblo de) Amalek, en el camino, cuando salisteis de Egipto. Que te enfrió en el camino, y atacó por detrás a todos los débiles de ti, y tú estabas cansado y exhausto, y no tuvo miedo de Hashem. Y será cuando Hashem te haga descansar de todos tus enemigos de alrededor, en la tierra que Hashem Tu D-os te da, como herencia para tomarla, y borrarás el recuerdo de Amalek de abajo del Cielo; no lo olvides” (Debarim XXV 17-19).

La expresión “te enfrió” (en una de las tres explicaciones que da Rash”í), alude a que el pueblo de Amalek, al guerrear con los Hijos de Israel cuando salieron de Egipto, les disminuyó el entusiasmo que traían, con su atrevimiento. Y esto también es un mensaje para cada Yehudí en la actualidad:

Amalek no sólo es un pueblo el cual debemos aborrecer, sino que es una actitud que la persona debe erradicar de su interior. No adoptemos la conducta de Amalek, y no despreciemos a quienes quieren superarse en el Camino de la Torá; no le bajemos el fervor de su entusiasmo, sino al contrario: hay que apoyarlos y alentarlos. Y al mismo tiempo, nosotros mismos, no debemos bajar los brazos en nuestro ascenso en el cumplimiento de las Mitzvot, porque alguien pretende burlarse para amedrentarnos, como lo hizo Amalek. Hay que seguir adelante, y convencerse de que la Torá es nuestra única Fuente de la Vida.

La expresión “Recuerda lo que te hizo Amalek…”, no se limita a tenerlo en la mente, sino también significa que hay que mencionarlo verbalmente, y esto se consuma cuando se da lectura en público a la “Perashá Zajor”, y tanto el que la lee como el que la escucha, cumplen con esta Mitzvá (ver Sh. Aruj O. Jaim Diné Arbá Perashiot). Observemos que en el texto de la Torá se mencionan dos expresiones aparentemente contradictorias: “Recordar” y “Borrar”. Y aparentemente se contradicen porque, si se borra, no se recuerda, y si se recuerda, entonces no se borra. La explicación literal es que, cuando se escucha la Perashá Zajor lo grabamos en nuestra mente; en nuestro recuerdo permanente, y no nos olvidamos. Y la expresión “borrar” alude a nuestra obligación de exterminar todo vestigio del pueblo de Amalek, que incluye a animales y objetos inanimados, para que no se diga: “Esto pertenecía a Amalek” (Extraído de Séfer Hajinuj – Mitzvot 188/189).

Apartado de su contexto esencial, a todo esto, se le puede dar un enfoque filosófico:

“Recordar” y “Borrar”, aluden a los dos tipos de Yehudim.

Hay dos clases de Yehudim: Los que nacieron en cuna de Tzadikim, y los “Baalé Teshubá”, que son los que no provienen de hogares que siempre observaron las Mitzvot, y que en algún momento de sus vidas tomaron la decisión de retornar al Camino de la Torá.

Escribe el Ramb”am que no hay que recordarle al “Báal Teshubá” su pasado, porque lo atormenta y porque se avergüenza (ver Yad Jazaká – Halajot Teshubá). Podríamos decir que, en este caso, hay que “Borrar”. El “Báal Teshubá” tiene que borrar de su mente, su pasado. No pensar en las faltas que cometió. Si regresó en Teshubá, lo incorrecto que hizo, es como si no lo hubiese hecho, porque hasta el Mismo Hashem ya lo “olvidó” (en sentido figurado), y debe seguir adelante en la nueva vida que se propuso. “Borrar”, le va a ayudar al Báal Teshubá, a superarse espiritualmente. El Báal Teshubá, para servir mejor a Hashem, tiene que “Borrar”…

El Tzadik que nació Tzadik, de cuna de Tzadikim, tiene que “Recordar”. Recordar la vida pura y santa desde que nació. Recordar su ascendencia. Recordar a sus padres, a sus abuelos y a sus ancestros. Recordar la línea que se trazó desde los albores de la Historia, y de la que nunca se apartaron. Al Tzadik de cuna, el “Recordar”, le va a hacer sentirse orgulloso de su pasado y de sí mismo. El Tzadik que nació Tzadik, de familia de Tzadikim, para servir mejor a Hashem, tiene que “Recordar”.

Ahora bien: ¿Qué es mejor? ¿“Recordar” o “Borrar”?

Marán Rabenu Obadia Yosef ZTz”L responde: Si bien es cierto que, como dijeron Nuestros Jajamim: “En el Lugar (en la categoría espiritual) donde se encuentran los Baalé Teshubá, ni los (Grandes) Tzadikim Guemurim pueden permanecer”, es mejor ser un Tzadik de cuna, que un Báal Teshubá. Porque el Báal Teshubá hizo un enorme esfuerzo para vencer sus instintos y llegar a donde llegó, pero el Tzadik de cuna, nunca “probó el sabor del pecado”, y no hay más grande que eso. El Báal Teshubá hubo de recorrer un camino muy tortuoso, para tratar de que no queden vestigios de su fallido pasado, pero lamentablemente, a veces algo le queda; tanto en su conducta como en su mente. En cambio, el Tzadik de cuna, si se mantiene en el Camino de toda su vida, y de su vida anterior, no tiene de qué avergonzarse ni de qué arrepentirse (ver comentario de “Al Hatzadikim” en el Shu”t “Yejavé Dáat” I).

En conclusión: Es mejor “Recordar” que “Borrar”.

Si soy “Tzadik de Cuna”, tengo que mirar al pasado y “Recordar”. Recordar, para enorgullecerme de mi pasado. Asumir esa responsabilidad, y continuar la Senda que trazaron los que me precedieron.

Si soy “Báal Teshubá”, tengo que “Borrar”, pero voy a tratar de que mis hijos y mis hijos no sean “Baalé Teshubá”, para que no tengan que “Borrar” como yo lo hice.

Y también, para que me “Recuerden” como Tzadik. Así, yo me enorgulleceré de mi futuro, y mis descendientes se enorgullecerán de mí, y una nueva historia se escribirá.