Rebetzin Rachel Basri
30 de junio de 2019
(Hidabroot. Imagen: Shutterstock) Los edulcorantes artificiales pueden comercializarse como un sustituto del azúcar para aquellos que desean perder peso o diabetes, pero un estudio sugiere que los edulcorantes artificiales pueden aumentar la intolerancia a la glucosa: el azúcar se atasca en la sangre y no ingresa a las células, y luego aumento el riesgo de diabetes tipo 2.
El Prof. Eran Segal y el Dr. Eran Elinav, del Departamento de Inmunología del Instituto Weizmann, lideraron el estudio, y durante años los investigadores se han preguntado cómo los edulcorantes bajos en calorías no pueden ayudar a reducir el peso corporal, sino que también causan obesidad.
En la primera fase del estudio, los científicos irrigaron ratones con agua mezclados con los tres endulzantes comunes: la sacarina, el aspartamo y la sucralosa, en dosis aprobadas por la Administración de Drogas y Alimentos de Estados Unidos. Estos ratones desarrollaron más intolerancia a la glucosa que los ratones que bebieron agua azucarada. Cuando los científicos repitieron el experimento con diferentes tipos de ratones, el resultado fue el mismo.
Luego los científicos probaron la hipótesis que las bacterias intestinales están involucradas en este fenómeno, e incluso son responsables de ello. Las bacterias intestinales responden a los edulcorantes artificiales que no son absorbidos por la digestión. Esto crea cambios significativos en la población y la función de las bacterias, incluidos los efectos sobre la obesidad y la diabetes.
Se pidió a un grupo de voluntarios que no consumen edulcorantes artificiales durante una semana, que ingieran estos edulcorantes. Durante toda la semana se examinaron los niveles de glucosa y las bacterias intestinales en el grupo de voluntarios y los resultados fueron que varias personas comenzaron a mostrar síntomas de intolerancia a la glucosa sólo luego de una semana de consumir los endulzantes. La composición de las bacterias intestinales explicó el repentino cambio. Los científicos descubrieron dos poblaciones de bacterias intestinales humanas, una que incrementaba la intolerancia a la glucosa después de consumir edulcorantes artificiales y otra que no afectaba los niveles de azúcar de ninguna manera cuando se consumía con agua azucarada.
La explicación del Dr. Elinav es que los edulcorantes artificiales hacen que las bacterias segreguen una sustancia que provoca una reacción inflamatoria que recuerda una respuesta a una sobredosis de azúcar, lo que lleva al desarrollo de los mismos problemas de salud que están diseñados para prevenir: diabetes, intolerancia a la lactosa y obesidad.
El único edulcorante que no aumenta el azúcar en la sangre es la planta de Stevia. Puede ser usado en gotas o polvo, prestando atención a los ingredientes de tal forma que contenga 100 % Stevia.